Ahora Los Tiempos
El artículo que está leyendo lleva el número 1.070 para fines de control. Un año tiene 52 semanas, y publico esta columna desde hace 20 años y medio. Esa cifra es aproximada porque, al principio, no numeraba los artículos.
La columna “Surazo” nació cuando era jefe de redacción en Correo del Sur, de Sucre, alrededor de 1997; pero el primer diario en publicarla fue Los Tiempos, de Cochabamba, que, por ello, se convirtió en su cuna. Después, se extendió hasta a ocho diarios nacionales independientes; es decir, sin vínculos con los gobiernos.
Por eso es que, después del golpe que fue el cierre de Página Siete, de La Paz, resulta impactante lo que está pasando con Los Tiempos, que resumo así:
Una persona que no tiene nada que ver con el periodismo, Eduardo Valdivia, logró adquirir algunas acciones de propietarios que querían librarse de estas.
Aunque con porcentaje minoritario, socavó a la empresa desde adentro, bloqueando toda iniciativa que buscaba sacarla de su crisis. Se intentó vender un inmueble para pagar deudas, incluidos los salarios de los trabajadores, pero Valdivia lo evitó. Finalmente, los últimos propietarios de las acciones las vendieron a este señor que es hijo de Juan Valdivia, un exdiputado del MAS que, según Erbol, amasó una fortuna de 65 millones de dólares en 10 años.
Juan Valdivia es propietario o accionista de varias empresas, incluida Gravetal, con sede en Santa Cruz, y se lo vincula a Carlos Gil, el empresario paraguayo-venezolano que compró el diario La Razón.
Mi primera reacción al conocer la noticia de la venta fue dejar de mandar mis artículos a Los Tiempos, pero consulté con mis colegas y opté por esperar a ver qué pasa porque ellos me dicen que, hasta el momento, todo está funcionando como antes, sin cambios en la línea editorial.
A Página Siete lo liquidaron porque su calidad investigativa puso al descubierto varios de los actos de corrupción del MAS, que hizo diputado a Valdivia. No pudieron infiltrarlo, así que lo mataron.
En el caso de Los Tiempos, “la razón” no parece ser tan política como económica. Es cierto que el periódico estaba en crisis, pero eso es porque el Gobierno le cortó toda publicidad posible, y lo estaba asfixiando. Los grandes corruptos de la política han descubierto que es posible generar millones captando la publicidad gubernamental que, teóricamente, debería distribuirse entre los medios de mayor audiencia. Captas millones, pero dejas de criticar al Gobierno… dejas de hacer periodismo.
Si ocurre lo último, dejaré de enviar mis artículos a Los Tiempos. Si ocurre lo contrario, y se cumple el anuncio de respetar la libertad de expresión, tendré mucho gusto en quedarme.
Mientras, espero que este artículo también se publique en Los Tiempos, como en las anteriores 1.069 semanas. Si no ocurre eso, será un síntoma de lo que se viene.
Columnas de JUAN JOSÉ TORO MONTOYA