Los impunes interculturales
Los célebres “interculturales”, esa gangrena en el cuerpo social, no se dedican solamente a ocupar tierras ilegalmente, también pueden amenazar, secuestrar y agredir a quien se les ocurra. Al igual que otros movimientos sociales, saben que gozan de una impunidad absoluta.
Esto resulta, en gran medida, de su militancia política. En este caso como en muchos otros, lo sabemos bien, el carnet del partido azul funciona como un permiso para delinquir.
Sin embargo, no es la única razón para su comportamiento criminal. Sucede que estos señores no sólo se saben impunes, también creen tener absoluto derecho a hacer lo que les dé la gana, sin importar las consecuencias ni preocuparse por el bien común. Y tienen esta convicción porque se han ganado la tan deseada credencial de víctimas.
No olvidemos que millones de bolivianos han sido adoctrinados desde hace décadas en el victimismo y el resentimiento. Se les dice que nacieron oprimidos y que cada uno de sus problemas es culpa de alguna entidad abstracta: la colonia, el imperio, el capitalismo, la discriminación, el patriarcado, etc. Gracias a esta ideología, muchos consiguen su credencial de oprimido, que les sirve bien para justificar cualquier crimen y acto de barbarie.
En suma, nos dicen que tienen el privilegio de obviar las leyes, la razón y el sentido común porque son víctimas desde siempre y para siempre. Es por eso que, por ejemplo, los interculturales pueden secuestrar a periodistas y lamentarse, sin ruborizarse en lo más mínimo, porque la prensa y la sociedad “los trata mal”. A ellos, pobres víctimas del sistema.
Obviamente, esta estafa intelectual seguirá funcionando mientras existan ingenuos (o astutos) dispuestos a aceptar y difundir esta ideología enferma. ¿Hasta cuándo?
Columnas de ERNESTO BASCOPÉ