Atravesar Alalay en medio del atolladero navideño
Si debes trasladarte a la zona sur de la ciudad, por el Circuito Bolivia, más te vale leer con atención este breve texto y tomar tus previsiones: llévate un litro de café para el tramo, y un buen libro, revista o celular para trabajar, navegar o chatear, mientras dure la espera en tu intento de atravesar Alalay.
Sucede que el recorrido, en el que normalmente se empleaban 10 minutos, hoy se ha convertido en un lapso de más de una hora y media por la tarde-noche; es decir de 18:30 a 20:30, porque desplazarse a través de esta vía es comparable con en el mismo infierno a causa del atolladero vehicular y el desorden que provocan la feria navideña y eventos anexos a estas fechas de fin de año.
Y si la tarea cae miércoles o sábado, mejor ni hablar, porque al desastre del tráfico debes sumarle “horas extra” causadas por los lindos comerciantes de La Cancha que desarman sus llanthuchas empleando las veredas y calles como si se tratara de bienes privados para parquear y desordenar la fluidez de peatones y de carros. ¿El resultado? Misión imposible trasladarse de norte a sur.
Entonces, lo que debió convertirse en un paseo placentero para ver lucecitas y asistir a la feria de los regalos se convierte en una pesadilla. Ni hablar del cuento para quienes vivimos tras de la laguna Alalay, porque además de toda la faena, hay tres componentes que ahondan la crisis vehicular: los carros de quienes suben al Cristo de la Concordia apara ver el famosos “arbolito más grande de la ciudad”; el teléferico que no funciona y que alguito desfogaba la romería de motores, y también los pacos, que dan de a batidas para controlar con alcoholímetros a los conductores q van al circuido Bolivia.
Así que ¡ya estás avisado! mientras los funcionarios públicos aplauden como focas el “exitoso” circo romano.
Columnas de Carlos Ascarrunz Z.