Fraudes y deficiencias en el sistema universitario estatal
Los más de 120 casos de estudiantes que se graduaron de manera irregular de la universidad pública cruceña, además de otros aspectos del sistema nacional de educación superior, tendrían que suscitar serios cuestionamientos acerca de cómo se están formando los profesionales en nuestro país.
Es evidente que las razones del escándalo ocurrido en la carrera de Comunicación Social de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm) no pueden ser generalizadas a todo el sistema universitario nacional.
Pero lo alarmante del asunto en esa universidad es que los engaños detectados en 123 casos de graduación en las últimas cinco gestiones fueron descubiertos gracias a la denuncia de estudiantes que detectaron indicios de irregularidades en 18 procesos de titulación correspondientes a este año. Sin la vigilancia estudiantil es muy probable que esos casos no hubieran sido descubiertos jamás.
Una auditoría —motivada por la denuncia— detectó otros 105 estudiantes involucrados en fraudes similares perpetrados desde 2018, y en la misma carrera.
Todos ellos “fueron captados por una red de funcionarios de la Uagrm que se dedicaba a (contactar) a universitarios que estaban en puertas de elegir su modalidad de graduación”, informa el diario El Deber.
“Hay una red organizada en la universidad que ha lucrado con la parte académica (…). Esta mafia criminal, porque hay que decir eso, ha operado desde hace muchos años”, decía el jefe de la mencionada carrera.
Una organización delincuencial que operaba en la Uagrm, investigada ahora por falsedad material, falsedad ideológica, uso de instrumentos falsificados, incumplimiento de deberes, concusión, peculado y beneficio en razón del cargo, en esa universidad, como resultado de una denuncia sentada por estudiantes permite pensar que la existencia de otros esquemas similares en otras carreras y otras universidades del sistema estatal, tanto más cuanto no se tienen noticias de hechos parecidos descubiertos a iniciativa de las autoridades universitarias.
De lo que sí se tiene noticias es de las presiones ejercidas por los estudiantes que no consiguieron ingresar a las universidades públicas, especialmente en carreras de alta demanda, como medicina.
Y ahí está el otro factor —aparte de la desconfianza legítima que pueden tener los empleadores al reclutar nuevo personal— que merece atención en la educación superior estatal: ¿se determina el número límite de estudiantes que serán admitidos en primer año o semestre de cualquier carrera en función de las proyecciones del mercado laboral y las necesidades del país?