Otra vez… “un clavo saca otro clavo”
Hoy, sin contar la brutalidad de los regímenes de fuerza, la Constitución Política del Estado se muestra con toda claridad como un fetiche utilizado para consumar actos aberrantes de poder. La institucionalidad público-privada está destrozada.
Uno de los ejemplos se muestra con la disposición emitida por el señor feudal de la Asamblea Legislativa que ordena vacacionar a los legisladores sin conformar la Comisión de Asamblea para el receso, lo que equivale a un cierre de facto del Parlamento.
Y él mismo resuelve este problema mediante otro clavo: “interpreta” la misma Constitución a la que la está violando, alegando que la tan repetida Constitución obligaría a que cada fin de año descansen los pobres y sacrificados parlamentarios.
Otro ejemplo del “clavo saca otro clavo” (intentar resolver un daño con otro daño) se tiene con la designación de altos magistrados. Algunos cuestionan la forma anómala con la que se maneja el proceso de su designación; “pero…”, señalan que ésta no es la primera vez que se obra de esta manera y citan —como ejemplo a seguir— los últimos dos casos inconstitucionales en la designación directa que efectuaron Carlos Mesa y Evo Morales.
En efecto, aprovechando que el Congreso de entonces se encontraba en receso, Carlos Mesa, mediante Decreto Supremo Nº 27650 de 30 de julio de 2004, procedió directamente a designar a seis ministros de la Corte Suprema de Justicia: Virginia Kolle, José Luís Baptista, Nelly de la Cruz de Palomeque, Gonzalo Castellanos, René Berindoague, Carlos Cardona.
Dos consejeros de la Judicatura: Germán Gutiérrez Gantier y Ricardo Pol.
Nueve fiscales de distrito: Audalia Zurita para La Paz; Williams Herrera Añez para Santa Cruz; Cesar Suárez, de Chuquisaca; Joaquín Arnez, de Cochabamba y así sucesivamente para el resto de los distritos.
Evo Morales, mediante D.S. Nº 432 del 17 de febrero de 2010, designó a 18 magistrados y consejeros, nombrando, entre otros, a Ana María Forest, Jorge Von Borries, Ramiro Guerrero, en la Corte Suprema. Entre los designados en el Tribunal Constitucional Plurinacional estaban Juan Lanchipa, Marco Antonio Baldivieso, Ernesto Mur. Y en el Consejo de la Judicatura Lindo Fernández y otros.
Tanto Mesa como Morales no dejaron de esgrimir, como siempre, forzados argumentos para efectuar tales designaciones inconstitucionales. La historia nacional está plagada de estos abusos de poder, indicadores que pudieran hacernos concluir que realmente estamos ante un Estado fallido que acostumbra gobernarse con simples decretos.
Algunos de los prenombrados, designados inconstitucionalmente, proponen que “un clavo saque otro clavo” aduciendo que, al no haber cumplido la Asamblea Legislativa con la obligación de seleccionar a los candidatos a la magistratura, le corresponde al Órgano Ejecutivo proceder al nombramiento de interinos (procedimiento no previsto en la Constitución); es decir, proponen que se actúe nuevamente al margen de la Constitución, esto es también “que un clavo saque a otro clavo”.
Y para completar, algunos políticos y activistas plantean que, para salir de este atolladero, se reúna un grupo de políticos, cívicos, activistas, etc., postulando que se designen a autoridades judiciales “interinas”, conducta no prevista en la pobre Constitución y que constituye una usurpación de funciones correspondientes al poder constituyente, al pueblo.
Es decir, proponen que se la viole a la Constitución “un poco nomás”, entendiendo seguramente que “un clavo saca otro clavo”.
Esta es la democracia a la boliviana.
Columnas de GONZALO PEÑARANDA TAIDA