La vida sin celulares en el colegio
Desde el primero de enero de 2024, teléfonos móviles, tabletas y relojes inteligentes están prohibidos por ley en las aulas de estudio de los Países Bajos.
El propósito de la medida es limitar las distracciones durante las horas de clase. Los dispositivos móviles serán utilizados si así lo requiere la dirección de la escuela, por razones médicas o necesidades de personas con discapacidad.
La restricción estaba anunciada desde julio de 2023, entonces, los escolares y colegiales tuvieron tiempo para hacerse a la idea de que deberán separarse de sus dispositivos en clases. Para algunos van a ser tiempos duros, sin dudas. Nada de TikTok ni chats, sino prestar atención al profesor o hablar con otras personas utilizando sus habilidades naturales de socialización.
De alguna manera esta medida podría parecer una tontería, pero el efecto de la libertad absoluta que tenían en los Países Bajos los estudiantes para usar sus dispositivos digitales en las aulas era muy dramático. Al principio, el Gobierno dijo a las autoridades de los colegios que tenían que hacer sus propias reglas al respecto. Y ellas, a su vez, dijeron a los profesores que ellos decidan. El resultado fue un caos total, donde nadie sabía qué hacer.
Ahora, la pregunta del millón es si la prohibición cumplirá su propósito: limitar las distracciones durante las horas de clase. ¿Será verdad que gracias a esta restricción los colegiales y escolares van a prestar más atención, aprenderán más y sacarán notas más altas? Creo que sí, pero quizás lo más importante es que les ayudará a vivir un momento sin tecnología y solo con el papel, bolígrafo y sus propias mentes.
Nos hemos vuelto dependientes de tecnología, y creo que no debemos olvidar cómo escuchar, escribir, leer de papel y prestar atención al 100%. En nuestras épocas, los 80s y 90s, tener una calculadora casi era una confesión de debilidad, “acaso no puedes hacer un simple cálculo con lápiz y papel” decían nuestros profes y papás. Entonces es importante que nuestros hijos no se olviden de hacer prosperar sus habilidades de atención, aprendizaje y socialización.
Pero yo pienso aún más allá, quizás debamos prohibirlos en otros lugares. Pienso en restaurantes, universidades, teatros, tiendas, etc. Nosotros, los adultos, somos igual de carne débil y debemos dejarlo en la casa o en la bolsa. También en la casa, los teléfonos deberían no acercarse a la mesa y a las 20:00 deberían ir a un cajón para que todos tengan horas de sueño. Y quiero multas cuando suene en lugares prohibidos, y que todos te miren con una cara de preocupación. ¡Así la vida afuera será más divertida y podremos vernos en la realidad!
Columnas de ARNOLD HAGENS