En política no hay puntada sin hilo
Ya no hay duda que el chapare es una enorme factoría de cocaína (o por lo menos parte de la factoría) que, funcionó sin mayores problemas durante los últimos 18 años.
Tampoco hay duda que hoy, una de las artistas más interesantes de la lucha interna por el poder, es que el gobierno decidió atacar al narcotráfico (a Evo) en el chapare.
Evo entendió esto y recién amarro su lengua puesto que si protesta, quedará claro que será la protesta del narcotráfico.
La decisión del arcismo de atacar al narcotráfico en la casa de Evo puede tener varios efectos:
1) Dejar claro el vínculo de Evo con el narcotráfico.
2) Hacer ver a Evo (en su propia casa) como un elemento incómodo, hasta indeseado ya que por su ambición de poder, la simbiosis narco cocalera del chapare, corre riesgo frente a un gobierno que, si no dudo en cargarse a Camacho, no dudaría en destruir la tranquilidad con la que operó los últimos 18 años la simbiosis chapareña. Este resultado implicaría el aislamiento interno de Evo en su propio territorio (incluida la posibilidad de su eliminación física por parte de los narcos) y un nuevo pacto para que vuelva la añeja tranquilidad y los negocios sin riesgo.
Al respecto, los cocaleros de hoy ya no son pobres como hace 30 años atrás; hoy engordaron, tienen casas en Cochabamba y Santa Cruz, movilidades, sus hijos son profesionales, ahora son patrones.
La pregunta es, ¿la mafia narco cocalera pondrá en riesgo su sistema de acumulación por Evo?
En política no hay puntada sin hilo.
Columnas de Tamer Medina