Los “amarres” en Bolivia
Las declaraciones públicas de los políticos son una sarta de mentiras. Quienes manejan los poderes del Estado toman decisiones entre ellos, a puertas cerradas, y luego hacen la farsa de someter las decisiones al voto de los cuerpos legislativos.
Eso no es patrimonio del dictatorial MAS, ni mucho menos reciente, ocurrió desde siempre, incluso en la fundación de Bolivia, hace casi 200 años.
Expuse algunas de mis elucubraciones al respecto el 6 de agosto de 2023, en un artículo titulado “¿Hubo ‘amarre’ en 1825?”, sumándome a la corriente que cree que Casimiro Olañeta maniobró a la asamblea de diputados del Alto Perú para crear un nuevo país del que él sería el mandamás.
El historiador Valentín Abecia López, que ha superado la capacidad investigativa de su padre, respondió clara y brevemente al artículo y aprovecho esta oportunidad para reproducir su respuesta:
“Creo que hay que tomar en cuenta dos o tres temas que quedan flotando.
“1. Casimiro llega a Puno el 3 de febrero en la tarde. El famoso decreto (del 9 de febrero) había sido elaborado el 2 en la noche, exclusivamente por Sucre. Hay una carta de Sucre en la que aclara este tema.
“2. Casimiro en sus primeras reuniones dice a Sucre que la elite (no con esas palabras) altoperuana quería pertenecer al Perú, y que pedirían que la capital sea Cuzco o más cerca.
“3. Casimiro cambia de opinión del 3 al 9 de febrero, por sus charlas con Sucre, y se convierte en fanático patriota. Tal es así que reelabora el decreto de Sucre, cambiando mecanismos y detalles de importancia capital. Decreto que se publica finalmente alrededor del 9 de febrero, en La Paz.
Una vez que esta metamorfosis ha sucedido, Casimiro busca conformar una Asamblea afín a crear un nuevo país. Es ahí donde estimo que se producen los amarres. La piedra angular fue Casimiro y su extraordinaria habilidad”.
Los aportes de Valentín aclaran muchas dudas, pero no todas. En su criterio, Sucre ya tenía armado en su mente el esquema de un nuevo país, pero si así fue, ¿por qué hay tantas cartas en las que él expresa su resistencia a hacerse cargo de la situación caótica del Alto Perú? ¿O es que él era otro “mañudo” que pensaba una cosa y declaraba otra?
Con el bicentenario a la vuelta de la esquina, estos son los temas sobre los que tendríamos que armar debates, porque es tiempo de estudiar y exponer la historia de manera menos patriotera.
¿Fue un “amarre” la fundación de Bolivia? Quizás ayude saber que el libro menor de la asamblea de 1825 revela que todo se resolvió en una sola sesión, secreta, realizada el 5 de agosto: la independencia, el nombre del nuevo Estado, homenajes a los libertadores, diseños de la bandera, escudo y la nueva moneda y muchos otros temas.
Con todo amarrado, los diputados fueron a la asamblea pública del 6 de agosto, fingieron debatir, declararon la independencia y fundaron Bolivia.
El autor es Premio Nacional en Historia del Periodismo
Columnas de JUAN JOSÉ TORO MONTOYA