Vallegrande, gratitud en tu día
Hoy, 26 de enero, se celebra el aniversario de la provincia cruceña Vallegrande fue creada por Decreto Supremo del presidente Antonio José de Sucre, el año 1825. Inicialmente, las actuales provincias Florida y Manuel María Caballero formaban parte de su territorio.
En 1977, recibí mi diploma de médico cirujano y la vida me llevó a realizar mi año de provincia en Vallegrande. Una nueva etapa empezaba en mi vida, estaba con ansias de trabajar y poner en práctica todos mis conocimientos para aliviar y tratar los problemas de salud de la población.
Gracias al programa de Medicina Integral de la Cooperación Belga en coordinación con el Ministerio de Salud, comprendí la importancia de la salud pública que, lamentablemente, en la universidad era y todavía es considerada como materia de relleno y la academia le da poca importancia. Es en Vallegrande donde aprendí a escuchar a los pacientes y compartir sus dolencias que en su mayoría eran enfermedades que se podían evitar como las infecciones respiratorias, intestinales, mal de Chagas, tuberculosis, bocio, sarampión, coqueluche, etc.
Como respuestas de la sociedad civil vallegrandino se organizó el Comité de Salud, se formaron promotores de salud y auxiliares de enfermería en la región rural para mejorar el acceso a los servicios, adelantándose a la declaración de Alma Ata de 1978 en la atención primaria de salud. Gracias a la parroquia, el equipo móvil formado por auxiliares de enfermería llegó a las comunidades más alejadas. Durante este periodo (1977-1982) hubo una gran sinergia también con el comité cívico. El ejemplo de Vallegrande fue un modelo muy importante para Bolivia, pero las autoridades del Ministerio de Salud, lamentablemente no lo replicaron en otros lugares del país. El programa de medicina integral demostró la importancia de la participación de la población para resolver sus problemas.
Aprendí también a comunicarme con las personas utilizando un lenguaje sencillo, simple, dejando de lado el vocabulario médico. Me sumergí en su cultura con relación a su percepción de las enfermedades. Entonces comencé a trabajar con curanderos que practicaban la medicina tradicional y la popular, me hice amigo de muchos de ellos y compartíamos pacientes y conocimientos.
Encontré en cada región de la provincia la gentileza, la amabilidad y el cariño de sus habitantes que creció con el tiempo y se mantiene hasta ahora, desde hace 47 años. Tuve experiencias clínicas y quirúrgicas, pero las más importantes fueron en el campo social y cultural.
En San Juan del Chaco, un día vino un paciente de escasos recursos al que atendí como a todos. Le entregué sus medicamentos que la parroquia de Vallegrande proporcionaba a la posta. Me preguntó ¿cuánto le debó?, le respondí que no debía nada y se fue muy agradecido. A la media hora volvió con cuatro pimentones de regalo que él cultivaba. Estaba muy feliz de ofrecérmelos, en su mirada percibí su gratificación y su dignidad.
En el velorio de mi padre, estuvo presente la Mika, una mendiga que siempre me frecuentaba para una consulta o simplemente para conversar conmigo. Estaba sentada junto a mí y rezaba. Saco tres monedas de un boliviano y me dijo: “esto te puedo dar para cubrir los gastos de los funerales”. Esos gestos y muchos más recibí de los campesinos vallegrandinos, nunca los olvidaré y no tienen precio.
Hoy en tu día, reafirmo mi gratitud a Vallegrande, y deseo que los médicos jóvenes tomen en cuenta, que cuando una persona viene a consultar, es porque tiene la necesidad de hacerlo, es importante cultivar y desarrollar la empatía. Las universidades y los centros de formación del personal de salud deberían incluir en sus programas la ética, el respeto a los derechos humanos de los pacientes, a garantizar la confidencialidad y el respeto al Juramento Hipocrático.
Felicidades Vallegrande en tu día y que las autoridades de salud, los municipios y la gobernación desarrollen más la salud pública y la protección del medio ambiente. Actualmente en la provincia Vallegrande, el bocio fue erradicado como también el sarampión y la coqueluche. La enfermedad de Chagas y la tuberculosis están disminuyendo, no así la calidad humana de los vallegrandinos.
El autor es médico y director del Instituto para el Desarrollo Humano-Bolivia
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