Movilidad urbana y conectividad territorial
Al analizar los avances en términos de desarrollo urbano que lograron otros países queda la esperanza de que, en cuestión de tiempo, estas soluciones podrán llegar también a las ciudades bolivianas.
Y es que realmente la ciudadanía espera con ansias que las condiciones de habitabilidad y confort puedan mejorar, lo mismo que la calidad de vida urbana. En ese sentido, existen metas y desafíos imprescindibles de cumplir para alcanzar la satisfacción colectiva.
Para su efecto y hacer más eficiente el proceso y acelerar sus procedimientos sería bueno contar con un consejo de políticas de infraestructura (presente en muchas ciudades latinoamericanas), a cargo de profesionales especializados, que puedan asesorar acertadamente a las autoridades locales para mejorar la interacción ciudadana y la estructura física en el manejo espacial.
Entre los temas indispensables de ser intervenidos y solucionados está el de la movilidad urbana, cuya problemática no puede ser considerada solo a escala local, ya que su comportamiento rebasó los limites municipales y por lo tanto su solución podría mínimamente atender la condición metropolitana y en su caso interdepartamental.
El territorio lo permite, sus condiciones geomorfológicas no son un óbice para establecer un sistema de transporte donde todos los municipios de los departamentos involucrados puedan aportar incluso económicamente para generar un servicio altamente evolucionado.
Varios pueden ser lo medios para generar un sistema de transporte. Entre aquellos, todos los que puedan aportan a revitalizar la ciudad y mejorar su conectividad entre el centro histórico tradicional, la periferia y las áreas suburbanas.
Emulando al transporte ferroviario de las urbes españolas, se puede establecer un sistema dentro de las ciudades bolivianas más grandes con trenes como los denominados “de cercanías”, que conectan el centro de la ciudad con la periferia. A su vez, los trenes de “media distancia” pueden vincular ciudades próximas metropolitanas e intermunicipales. Y finalmente los “trenes regionales”, mucho más rápidos y con menos paradas, pueden conectar ciudades de distintos departamentos. En los dos últimos casos se pueden realizar cuatro viajes al día, dos de ida y dos de vuelta, con uso de energía limpia en función de la gran potencia que se necesita ese medio de transporte.
De esta manera, la implementación de un metro, tranvía, o tren, movidos por electricidad, podrán ser una gran solución para mejorar el servicio de transporte, disminuir la congestión vial, optimizar tiempos de desplazamiento, mejorar costos y sobre todo establecer condiciones de sustentabilidad coadyuvantes a la modernización del comportamiento de la movilidad urbana.
También sería un incentivo para que paralelamente se vayan modificando en los actuales buses y otros vehículos de servicio público el uso de recursos provenientes de combustibles fósiles, y así de manera la contaminación ambiental y sus repercusiones en la salud.
La recuperación de rieles existentes en las vías férreas presentes en muchos tramos de estas ciudades y subutilizadas actualmente pueden ser la base de la infraestructura que se requiere para mejorar la funcionalidad territorial y renovar la conectividad física y la accesibilidad social.
Por tanto, es necesario priorizar obras urbanas que vayan de la mano de la ciencia y la tecnología y que generen amplia repercusión en el ámbito social. Es importante elevar los estándares de calidad y eficiencia de las obras de infraestructura urbana de manera que ofrezcan servicios acordes a la expansión y crecimiento de las ciudades.
La necesidad de suelo para obras complementarias tendrá que ver con un proceso de reconversión que permita su utilización para un mejor establecimiento de espacios alternativos y áreas de cobertura vegetal. En todo caso, la modificación de usos de suelo deberá generar mayor alternativa residencial, rentabilidad económica y viabilidad social. Probablemente paralelo al proceso de regeneración de la movilidad urbana se desarrollarán nuevos asentamientos, dinámicas económicas, espacios públicos y otros elementos que complementan esta actividad, pero eso será tema de un análisis más profundo y tendrá que ver con un plan integral de ordenamiento territorial de mayor escala.
La urgencia de un consejo de políticas de infraestructura resulta un imperativo categórico innegable para dar un salto cualitativo en el área temática de movilidad y gran influencia en los otros componentes de la planificación urbana. Sistemas bien proyectados, diseños urbanos apropiados y propuestas favorables para todos los ciudadanos harán ciudades más equitativas en el uso territorial, en la creación de electro-corredores urbanos, y más accesibles en cuanto a oportunidades para todos los ciudadanos.
El autor, Ph.D., es investigador del Ceplag – UMSS, mkquiroga@gmail.com
Columnas de MARKO QUIROGA BERAZAÍN