Carnaval, la fiesta de fiestas
Hoy, Jueves de Comadres, arranca el tiempo fuerte del carnaval en Bolivia, la fiesta más masiva y prolongada de todas las que se celebramos durante el año y, probablemente la más rica y variada en sus expresiones, pues cada departamento y ciudad del país la vive con sus propias particularidades.
Esos tres factores, lo masivo de esta celebración, sus diferencias regionales y el tiempo que dura, componen un atractivo único que merece ser mejor promocionado para ampliar su impacto económico.
Es la fiesta más participativa que vivimos los bolivianos, pues además de que la celebración de los ritos andinos de homenaje a la Pachamama se ha extendido a todo el territorio, las iniciativas de las entidades municipales y privadas que organizan los eventos carnavaleros llegan a incluir hasta a los animalitos de compañía.
Una prueba de la formidable capacidad de inclusión que tiene el carnaval boliviano es, por ejemplo, el Corso de Mascotas que tendrá lugar el domingo próximo en Cochabamba.
Probablemente no es la única ciudad que tiene un evento de ese tipo, pero es seguro que en todas ellas el festejo del carnaval se inició hace meses. En Santa Cruz, la primera precarnavalera fue el 6 de enero. Y en Oruro, el primer convite del carnaval 2024 tuvo lugar el domingo 5 de noviembre del año pasado.
Cochabamba comenzó los festejos callejeros de su carnaval el último sábado de enero, pero se extenderán hasta finales de febrero, con todo el derroche de color, entusiasmo y permisividad que implica esta fiesta.
Y es que hay que admitirlo: el carnaval es una fiesta de permisividad. Sus orígenes son tan diversos como las culturas que poblaron y pueblan el planeta, pero existen dos denominadores comunes, sus vínculos con las cosechas y el culto a las divinidades.
En nuestro continente, como en Europa, ya existían celebraciones vinculadas a la cosecha en las que se daba rienda suelta a los excesos como una manera de expresar alegría y gratitud. Lo que hizo la Iglesia católica fue acomodar cada festejo a su propio calendario y, así, el carnaval se convirtió en la fiesta que precede a la Cuaresma cuando, en realidad, es más antiguo que el cristianismo.
El hecho es que el Carnaval es la fiesta en la que, por regla general, “todo se soporta” y es por ello que en esa temporada se suele cometer excesos. Pero hasta el libertinaje tiene un límite y el más importante de todos es el bienestar colectivo.
Así, dos días antes de iniciar el largo asueto de cuatro días que concluye el miércoles 14 de febrero, es propicio reflexionar en la mejor manera de celebrar esta fiesta de fiestas, de manera que deje solo recuerdos gratos para todo el resto del año.