El ilimitado cinismo del MAS
Evo Morales ha resucitado como un paladín de la institucionalidad y la democracia. En su nueva encarnación acusa al Gobierno de no querer “devolverle a Bolivia la institucionalidad de los poderes del Estado”, así como de querer prorrogarse violando la Constitución “incluso atentando contra la democracia y las libertades”. ¡Al fin un dirigente que ve el trasfondo del accionar del Gobierno! Ahora Evo defiende la Constitución que una vez violó flagrantemente al presentarse a una tercera reelección cuando ésta lo prohíbe. Atrás quedó el Evo manipulador del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que lo habilitó para ser candidato una cuarta vez al dictaminar que la reelección indefinida es un derecho humano. Ya no queda nada del Evo que desconoció la voluntad popular del referendo del 21F que le negaba volver a postularse como candidato.
Es que ese era el Evo de entonces, el actual ha resucitado y quiere expiar sus pecados. Ahora es el abanderado de las justas reivindicaciones populares al demandar que los magistrados autoprorrogados del TCP se vayan a su casa por haber violado la Constitución: “Cómo es posible que el Gobierno todavía persista en defender a los exmagistrados truchos, sabiendo que son ilegales y cuyos actos son inconstitucionales. La historia los juzgará por violar la Constitución Política del Estado y atentar contra la democracia sólo por intereses mezquinos y particulares”, sostiene.
Su exigencia nada tiene que ver con que el TCP lo haya inhabilitado como candidato al coincidir con la Corte Interamericana de Derechos Humanos en que la reelección indefinida no es un derecho humano. ¡Sólo los malpensados pueden hacer tal acusación! La prueba es que brinda a los bloqueadores su solidaridad y apoyo moral, porque es el pueblo espontáneamente quien protesta semejante atropello a la Constitución, no él que los manda a realizar los bloqueos. También él, declara, se ha visto perjudicado por esta medida de presión. “No me echen la culpa a mí. Yo también estoy bloqueado en el trópico de Cochabamba; tenía muchos compromisos, como siempre, reunión y reunión. Y me quedé en el trópico”. ¡Que demostración de autoridad moral es estar dispuesto a sacrificarse por el bien de la patria!
De igual modo, el MAS en el Gobierno defiende a capa y espada la legalidad y la institucionalidad. Dado el fracaso de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) en aprobar una ley de elecciones judiciales antes de que fenezca el mandato de los magistrados, avaló la autoprórroga de éstos. No se piense que el MAS del Gobierno instrumentó el fracaso de la ALP para aprobar la ley de elecciones judiciales con la intención de mantener un TCP subordinado más allá de su mandato, eso nunca. Menos que sea el Gobierno el que digitó la autoprórroga del TCP y demás tribunales con el mismo fin, como algunas malas lenguas hablan.
Cómo, si el jefe de la bancada del Movimiento Al Socialismo (MAS), Jerges Mercado, declaraba antes del acuerdo interpartidario del 2 de febrero en la ALP: “la mejor forma de tener a nuevos magistrados y que los actuales ‘prorrogados’ salgan es consensuando y aprobando lo antes posible la ley para las elecciones judiciales”. ¿Cómo no creerle? Después de todo aceptaron convocar a elecciones judiciales e inhabilitar al TCP y demás tribunales en dicho acuerdo. Sólo mentes dañadas pensarían que accedieron a ello a cambio de la aprobación por la ALP de cientos de millones de dólares en préstamos de instituciones financieras multilaterales de crédito. No importa que a la fecha (08/02/24) esté en duda que después de todo inhabiliten a sus magistrados. Traicionar su palabra empeñada en el acuerdo del 2 de febrero sería, naturalmente, para resguardar los más altos intereses de la patria.
Es que, aun sin haber leído a George Orwell, el Gobierno se inspira en su genialidad. Para el Gobierno, lo ilegal, la autoprórroga, era legal, y para sostener esa su versión de legalidad tenían que mantener la autoprórroga como lo demuestra la declaración de Mercado: “se rechazaron las dos propuestas de las bancadas de oposición en contra de la prórroga de mandato en el Órgano Judicial y en el Tribunal Constitucional porque no estaban apegadas a la Constitución”.
Tampoco aprobar el proyecto de ley 144: “Nuestra Cámara rechazó en un inicio trabajar ese proyecto de ley 144, porque querían imponernos ilegalmente e inconstitucionalmente y no nos prestamos a eso…”, sostenía Mercado. Pero no sólo que la bancada del MAS Arcista luchó a capa y espada para derrotar las medidas que intentaban anular la autoprórroga, sino que lo hizo poniendo en peligro su humanidad, ya que lo hicieron “a pesar de las agresiones de las que hemos sido víctimas en el mismo hemiciclo”, manifestó Mercado. ¡Qué suerte la nuestra de tener parlamentarios que arriesguen su propia vida con tal de que se cumpla con la Constitución! Después de todo, aseveró, “Todo lo que hagamos nosotros será a favor de la población y apegados a la Constitución Política del Estado”. ¡George Orwell hubiera estado orgulloso!
Columnas de CARLOS GUEVARA RODRÍGUEZ