Se hunde la oposición en Venezuela

El 25 de marzo, se cerraron las inscripciones de candidatos presidenciales en Venezuela. Entre los aspirantes no hay ninguna mujer. Ninguna Corina, ni Machado ni su sustituta de último minuto. ¿Por qué?

La culpa no es de Maduro. No nos engañemos. Se nos mintió diciendo que Corina 2 fue impedida de registrarse. Falso. La verdad es otra y duele el engaño.

Cuando Machado aceptó que no podría remontar su injusta inhabilitación, afloraron las ambiciones de sus aspirantes al reemplazo. Ella designó a Corina Yoris, pero su idea no fue aceptada por los 14 partidos opositores.

A la hora límite del registro, Yoris no tuvo avales partidarios. Los competidores hicieron fila y llegaron al insólito número de 12.

¿Para qué hubo primarias? La gente fue engañada. Dos millones fueron a votar por una candidata no sólo temida por Maduro, sino sobre todo desacatada en los hechos por la sopa de letras de la oposición.

Maduro tendrá un paseo el 28 de julio y Venezuela seguirá cautiva del PSUV. La responsabilidad es de aquellos que en un cuarto de siglo no consiguen ser alternativa.

Machado reconoce el mal momento y trata de disfrazar el desastre. No tiene explicaciones convincentes para la no inscripción de su candidata. Dice que no la dejaron, pero prefiere eludir la presentación de pruebas. Lo cierto es que la plataforma unitaria de la oposición venezolana no quiso obedecerla y se cruzó de brazos.

El hecho es que la oposición venezolana nunca pudo unirse en serio. Ganó en 2015 y desde entonces sólo pensó en adueñarse de un botín que sólo existía en sus sueños. Estados Unidos se cansó de cargarla en sus espaldas y en Barbados la dejó caer.

Hoy Maduro y sus 12 competidores van a una elecciones sin ella. ¿Hay aún algo que hacer?