El lugar de los sueños
Tuve la oportunidad de leer un artículo del informe del BID acerca de resultados de la prueba PISA en Latinoamérica y afirmaba que tres de cada cuatro estudiantes no habían desarrollado las habilidades básicas en matemáticas. Sugería que nuestro continente debería dar un mayor uso de la tecnología.
No creo que eso sea la solución en nuestro país. Todos sabemos que existen barreras estructurales ligadas a la pobreza, baja inversión en educación, cultura del bloqueo, machismo, devaluación de la educación en el imaginario social, mediocre formación docente y cultura del profesorado, que influyen en la educación, antes que el acceso y uso pedagógico de la tecnología.
No obstante, quisiera reflexionar sobre la importancia de redescubrir la curiosidad, sed de conocimiento, búsqueda de la verdad. ¿Están nuestros maestros preparados para suscitar las ganas de aprender?, ¿y nuestras escuelas para ayudar a los adolescentes con sus preguntas existenciales? ¿Estamos preparados como sociedad a no domesticar, sino a respetar la libertad de los niños de aprender por simple hecho de querer aprender?
La escuela, como la universidad, tiene que volver a ser el lugar de los sueños, el espacio donde niños y jóvenes se miren a sí mismos cumpliendo sus metas. Un lugar democrático de diálogo, búsqueda sincera del conocimiento, de compartir y crecer juntos. Un espacio de aprendizaje para los maestros y para toda la comunidad educativa.
No se trata entonces de la tecnología, sino de cómo acerquemos a los estudiantes al conocimiento, no se trata ni siquiera de una pedagogía o modelo educativo, sino de ser, creer, amar…
Para alimentar esta vena educativa, realista y utópica a la vez, les sugiero ver la película Radical o leer el artículo de Wired: https://www.wired.com/2013/11/aprendizaje-independiente/
Columnas de NÉSTOR ARIÑEZ