Una aclaración necesaria sobre clasificados a JJOO
El pasado viernes se publicó en este medio un artículo, en el cual el autor José Mateo Gambarte Flores destaca la participación del maratonista boliviano Héctor Garibay, sin duda el mejor atleta boliviano de todos los tiempos.
El mencionado artículo tiene algunas imprecisiones que considero necesario aclarar. El autor afirma que sólo Garibay ha calificado por mérito propio a Juegos Olímpicos y que la asistencia de otros atletas fue sólo “gracias a invitaciones (wild cards) que emite el Comité Olímpico (Internacional) por el sentido de universalidad que permite participación de países cuyos atletas no logran marcas mínimas. La excepción fue Río 2016, donde algunos sí lograron marcas mínimas”.
Sin embargo, el atletismo es el deporte que más clasificados por mérito propio tiene históricamente. El recuento comienza en Londres 2012, donde la marchista Claudia Balderrama clasificó por marca mínima. Luego en Río de Janeiro (2016), el 100 por ciento de los atletas de la disciplina de atletismo cumplieron las marcas mínimas de sus especialidades para participar de este evento: Ángela Castro, Estefany Coronado, Wendy Cornejo, todas ellas en 20 kilómetros marcha; Rosemary Quispe, en maratón; Marco Rodríguez, en 20 kilómetros marcha; y Ronal Quispe, en los 50 kilómetros marcha. Es decir ninguno utilizó la denominada Wild Card. Fue sin duda la mejor participación del atletismo en Juegos Olímpicos clasificando por marca mínima a seis atletas.
Los procedimientos de calificación fueron endurecidos desde Tokio 2020. Adicionalmente, desde entonces, existe una tercera vía para clasificación: el sistema del ranking mundial, que tiene igual jerarquía que la marca mínima, aunque regulaciones diferentes. A los Juegos Olímpicos de Tokio también clasificó por mérito propio Ángela Castro para los 20 kilómetros marcha atlética, esta vez por ranking de World Athletics (Federación Internacional de Atletismo).
Sería injusto no mencionar que el tenista Hugo Dellien también clasificó por mérito propio a Tokio 2020 y que en los dos Juegos Olímpicos de Invierno pasados (Pyeong Chang y Beijing), dos atletas bolivianos clasificaron también sin hacer uso de las cartas de invitación.
Sin embargo, esta aclaración no quita mérito alguno a Héctor Garibay, clasificado con la marca en el puesto 60 de los 80 calificados, de los cuales 70 hicieron la marca mínima, número no esperado de clasificados que tiene una explicación en esta y otras disciplinas de fondo, en la evolución de las nuevas zapatillas que ha revolucionado todas las marcas mundiales de las especialidades de fondo y semifondo en pista y aún más en carreras de ruta.
Lo que Héctor logre será producto de estos meses de preparación y tendrá como desafío superar el puesto 18º obtenido por Ángela Castro en Río de Janeiro 2016, la mejor participación boliviana en todos los deportes, ojalá un diploma olímpico -lo que se otorga a los ocho mejor clasificados- y, si nos permite soñar, tal vez una mejor colocación que lo aproxime al podio.
La formación continua y las aptitudes que se aprenden a veces no son valoradas. Sin embargo, son aspectos fundamentales a la hora de ejecutar un proyecto.
Columnas de MARCO LUQUE