No estamos listos para esta conversación
Hace un tiempo, leí una frase en Facebook que decía: “Las madres deben ser madres como si no tuvieran trabajo y deben trabajar como si no fueran madres”, y me sentí identificada. Ahora el tema volvió a mi mente luego de que Cris Hemsworth dedicara su estrella del Paseo de la Fama a su mujer, Elsa Pataky, quien puso su carrera en pausa para ser madre y apoyarlo a él en su trabajo. Sin embargo, mucha gente tildó la situación de machista, por ser la mujer quien tuvo que quedarse en casa. Entonces me puse a reflexionar.
Ya escribí, tiempo atrás, sobre mi corazón con nudos cada vez que salgo de casa para ir a trabajar. Despedir a mi bebé que me mira con unos ojitos que no comprenden por qué me voy, es algo que me parte el corazón. Esto fue aún más duro, semanas atrás cuando estaba enfermita y tenía fiebre. Era la primera vez que se ponía mal y no dejaba de pensar en ella, incluso me puse a llorar en el trabajo, porque en casa me decían que tampoco quería comer.
En el trabajo, debía estar como si nada pasara, con mis estudiantes. Tenía que continuar con el avance como si no tuviera una pequeña enferma en casa. Me desahogué con mi coordinadora, quien expresó su empatía, me escuchó y me apoyó muchísimo en la última hora para que pueda ir a atender a mi bebé. Soy muy afortunada, pero qué pasa con las mamás que no tienen la suerte que yo tengo. O peor, con aquellas madres cuyos hijos tienen enfermedades crónicas y luchan en los hospitales.
Ellas no tienen elección, ellas no pueden salirse del trabajo, porque puede que ni siquiera tengan un puesto laboral. Y es que la sociedad no tiene espacio para mujeres que tienen que ausentarse por horas para estar con sus hijos. Además, hay situaciones en las que los hijos no pueden esperar por tanto tiempo a sus madres que deben ir a trabajar. Entonces, ¿de qué viven estas mujeres?, ¿cómo apoyarlas?
Lo peor es que algunas deben enfrentar este calvario solas. En mis tiempos de periodista conocí algunas de sus historias. Muchas de ellas se tuvieron que ver solas ante la adversidad, pues sus respectivas parejas las dejaron al conocer la enfermedad de sus hijos. Pero ellas, con mayor hidalguía que la de Don Quijote, asumieron la enorme cruz de un hijo enfermo, pero una cruz que se carga con un amor y un dolor muy diferentes a los que cualquier persona podría imaginar.
En el caso de estas madres, no hay opciones entre trabajar o quedarse con sus hijos. Pero la enfermedad también supone muchos gastos, qué situación tan dura, complicada e invisibilizada. Ya que al Gobierno le gusta tanto dar bonos, creo que uno justo sería para estas mujeres con sus hijos enfermos, pero claro, este bono no traería tanto votos, no sería tan popular como para darles un monto que les permita realmente estar junto a sus hijos sin la preocupación económica.
Sin embargo, en mi caso tampoco hay elección, no soy la esposa de Thor que puede quedarse en casa con sus hijos sin temor a no tener un peso en el banco. Debo trabajar. La esposa de este actor dijo que su decisión fue muy personal, ella quiso dedicarse a sus hijos. Yo no puedo decidir, y me pregunto si también me quedaría en casa para ser sólo madre.
Muchas madres también van a trabajar con el corazón hecho un nudo, sin la posibilidad de elegir quedarse en casa o salir. Sin embargo, es una gran disyuntiva.
¿Y mi realización profesional? Alguna vez me dije a mí misma “no has estudiado y trabajado tanto en tu carrera para ser madre”, menospreciando la maternidad. Ahora me trago mis palabras y me doy cuenta de que ser mamá requiere otro tipo de destrezas que no se aprenden en la universidad. Se necesita liderazgo, gestión de emociones, capacidad de organización, administración de recursos del hogar, empatía, psicopedagogía, etc. Todo esto debería ponerse en el currículum con el respaldo de la maternidad.
Yo creo que muchas mujeres nos quedaríamos en casa, al menos los primeros tres años de nuestros hijos, y lo haríamos por decisión propia. Pero hoy en día eso es mal visto. Aunque también es mal visto irse a trabajar como una desalmada que no le importa que su bebé se quede con otra persona que no sea ella. Qué problema que es la sociedad que no está lista para esta conversación. Si usted tiene una colega que sea madre, sea empático, su cabeza está mucho más caótica de lo que se imagina.
Columnas de LORENA AMURRIO MONTES