Incendios otra vez
Dos nuevos incendios ocurridos ayer en el Parque Nacional Tunari (en las zonas de Wara Wara y Larati) y otro más en Pojo (que hasta anoche no terminaba de ser apagado) ponen nuevamente a la población en alerta ante un nuevo capítulo de fuego, ya conocido, en una historia que se repite todos los años por estas épocas. Los episodios de ayer eran apreciables desde el centro de la ciudad y el humo se respiraba fácilmente poniendo en riesgo no sólo un pulmón ecológico de importancia, sino también la salud de la población.
El problema es que lo de ayer no fue algo excepcional, sino que se hace cada vez más habitual. Sólo en lo que va del año, se tienen registrados 16 incendios en el Parque con 63 hectáreas quemadas.
Según datos recopilados por Los Tiempos, durante la última década, Cochabamba sufrió unos 100 incendios por año, la mitad de ellos en el Tunari, haciendo un total de 19 mil hectáreas quemadas. El año pasado se reportaron 1.098, mientras que las gestiones más trágicas fueron la de 2020 con 3.962 y la de 2016 con 4.151 hectáreas quemadas en el Parque Nacional Tunari.
El resto del país no está ajeno al fuego. Según el reporte semanal sobre desastres naturales y focos de calor, a la fecha hay un total de 4.905 focos distribuidos en todo el territorio nacional. Hay un incremento respecto a años pasados, por chaqueos y la quema de pastizales, además de la sequía que afecta a gran parte del país. Hasta la fecha, el Comando Conjunto sofocó 14 incendios y movilizó a 903 bomberos forestales de 14 unidades militares, mediante 24 operativos terrestres, aéreos y fluviales.
El Estado asignó 40 millones de bolivianos para atender estos estragos, de los cuales ya se ejecutaron 6 millones para fortalecer la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas. A la fecha hay un total de 4.905 focos distribuidos en el territorio nacional.
Volviendo a Cochabamba, está visto que el fuego supera todas las buenas intenciones que se aplicaron, desde la militarización del Tunari (¿en qué quedó?) hasta las reacciones de alerta temprana.
La implementación de un centro de monitoreo, compuesto por cámaras de vigilancia de alta tecnología y el Sistema de Alerta Temprana (SAT), optimizaron, desde hace tres años, la respuesta ante incendios forestales en el Parque Nacional Tunari y permite reducir el daño con una respuesta inmediata, pero no es suficiente.
Es que también es un secreto a voces que la mitad de los incendios en el Tunari son provocados por chaqueos o por intenciones de urbanizar la zona, y mientras no se ataquen estas causales, los incendios proseguirán. Son estos puntos los que hay que atacar. De otro modo, el fuego seguirá avanzando.