Mayaya Centro-X1: ejemplo de procesos eficientes para generar sostenibilidad
Con el descubrimiento del Megacampo Mayaya Centro X1, el artículo destaca que, al ejecutar tareas con eficiencia y un enfoque en el crecimiento, se pueden lograr resultados tangibles gracias al modelo económico y políticas reales de inversión eficaz. Este enfoque se refleja también en el proceso de industrialización y sustitución de importaciones, que busca principalmente la sostenibilidad y el desarrollo en beneficio del país. Ejemplos concretos incluyen la introducción del biodiésel, la producción de plantas de litio, el incremento en la oferta de fertilizantes para países como Brasil y la construcción de numerosas plantas industriales que abarcan desde alimentos hasta minerales. Estas iniciativas tienen como objetivo impulsar el crecimiento económico por encima del 5%, generar empleo y reducir la brecha de desigualdad mediante una distribución equitativa de la riqueza para todos los habitantes de Bolivia.
La situación que se está viviendo en Bolivia nos lleva a pensar que la respuesta a las necesidades inmediatas del país está en camino hacia la sostenibilidad integral. Para alcanzar esta meta, se ha necesitado una visión audaz de inversión. Esta visión comenzó con la implementación de vacunas para erradicar el Covid y reactivar el aparato productivo, seguida de un impulso a la industrialización que agrega valor a la materia prima y fomenta la manufactura, generando matrices productivas que responden al crecimiento. Un pilar fundamental en este proceso es la exploración de hidrocarburos, con una carpeta de 42 proyectos, de los cuales 29 están en ejecución. Además, existe un gran potencial en futuros megacampos de producción, como el de Mayaya Centro X1, ubicado en el departamento de La Paz.
Para entender la situación actual del país, es necesario reconocer que hay 1.000 millones de dólares bloqueados en la Asamblea Plurinacional. Los legisladores han olvidado su papel de promover el bienestar en sus regiones y prefieren llevar a las Gobernaciones y Alcaldías al borde del colapso, priorizando sus ambiciones político-partidarias. Además, cuando el Estado, a través de su modelo económico, ofrece soluciones, estos individuos, junto con actores mediáticos y políticos, intentan desmerecer los logros alcanzados, a pesar de los excelentes indicadores económicos. Este sabotaje político persiste en un país que se destaca en la región, siendo parte de la Comunidad Andina y el Mercosur, y a punto de unirse al bloque de naciones del BRIC, en busca de nuevos mercados para la producción agropecuaria, energética y minera del país, impulsada por emprendedores bolivianos.
Cuando hablamos de este proceso para generar sostenibilidad económica productiva, que pasa por la industrialización, la sustitución de importaciones y la exploración de hidrocarburos, me detengo en este punto como una muestra de gestión y de que el Estado demuestra que está haciendo la tarea, dando respuestas a la problemática de falta de exploración desde 1992.
Cuando se capitalizaron los recursos naturales, no se hizo nada de exploración; solo se mintió con los TCF (trillones de pies cúbicos), que tenía el país para favorecer a unas cuantas transnacionales que tenían nuestros recursos presos en manos de intereses privados. Luego, de 2006 a 2019, solo se explotó y no se realizó exploración, o se mintió a las bolivianas y bolivianos con el discurso de que estaban explorando hidrocarburos.
En 2021 se empezó una exploración de hidrocarburos vitales para generar divisas, y se hizo la tarea con baja inversión, encontrando el primer fruto en el Megacampo Mayaya X1. Se confirmó el hallazgo de 1,7 TCF (trillones de pies cúbicos) de reservas, el descubrimiento más importante desde 2005, marcando un avance significativo para el sector energético boliviano y prometiendo una nueva era de desarrollo.
Además, se estima que la cuenca del Subandino Norte tiene un potencial de hasta 7 TCF en estructuras ya identificadas, subrayando su importancia estratégica para la producción de hidrocarburos en el país. Pruebas en el pozo confirmaron la presencia de hidrocarburos gaseosos y líquidos en las formaciones Tomachi Medio e Inferior, con potencial adicional en las formaciones Copacabana y Toregua.
El proyecto incluye el desarrollo de tres pozos adicionales y la construcción de un ducto para producir hasta 50 MMPCD (millones de pies cúbicos diarios) de gas y 1.200 barriles por día, generando ingresos de 6.800 millones de dólares a lo largo de su vida útil. La producción en la cuenca del Subandino Norte podría alcanzar más de 250 MMPCD (millones de metros cúbicos diarios), equivalentes al 60% del consumo interno actual, fortaleciendo así la economía y el desarrollo regional y del país.
Para entender mejor lo realizado en el gobierno anterior en el proceso de exploración, es crucial presentar datos relevantes que permitan comprender un verdadero avance exploratorio con resultados concretos para el país. El presidente Luis Arce anunció el descubrimiento de un megacampo hidrocarburífero en Mayaya X1. En contraste, en el pasado se gastaron $us 500 millones en exploraciones en el norte paceño sin resultados positivos. Recientemente, con una inversión de $us 55 millones, se descubrió un megacampo que se espera se convierta en el tercer campo más productivo del país. Este logro destaca la eficiencia y el enfoque estratégico del Gobierno en la exploración de recursos naturales.
El pozo Mayaya Centro-X1 fue inaugurado el 25 de noviembre de 2022 como parte del Plan de Reactivación del Upstream liderado por YPFB. Este proyecto marca un hito significativo en la exploración y explotación de hidrocarburos en Bolivia, específicamente en el norte de La Paz, estimado en contener entre 1,7 y 7 trillones de pies cúbicos de gas.
Este logro se atribuye a la gestión de Arce, ya que la perforación comenzó en 2022. Sin embargo, el expresidente Evo Morales se adjudicó el descubrimiento, omitiendo que su gobierno gastó 540 millones de dólares en exploraciones fallidas en el pozo Lliquimuni, entre 2006 y 2016. Morales promovió la exploración en áreas que no dieron frutos, ignorando las recomendaciones de expertos y los antecedentes de fracasos en esas zonas. Esta manipulación y la falta de una política efectiva en hidrocarburos se atribuyen a su enfoque electoralista.
Con este ejemplo, el artículo busca destacar que al realizar las tareas con eficiencia y enfocándose en el crecimiento, se pueden obtener resultados como los mencionados anteriormente. Lo mismo ocurre con el proceso de industrialización y sustitución de importaciones, que busca principalmente la sostenibilidad y el crecimiento en beneficio del país. Ejemplos claros de esto son el descubrimiento del Megacampo, la introducción del biodiésel, la producción de plantas de litio, el aumento en la oferta de fertilizantes para países como Brasil, y la construcción de numerosas plantas industriales, desde alimentos hasta minerales, buscando impulsar el crecimiento del país por encima del 5%, generar empleo y reducir la brecha de desigualdad mediante una distribución equitativa de la riqueza para todos los habitantes de Bolivia.
Columnas de MARTÍN MOREIRA