¿Cómo se prepara Bolivia para las lluvias?
Hace casi un año, Bolivia comenzaba a vivir por esta misma época los primeros desastres provocados por las lluvias; ahora, nuevamente, se tienen señales de alerta por los desbordes que comenzaron en Tarija, Luribay y Trinidad y se extendieron a Colcapirhua, Santa Cruz y el trópico de Cochabamba.
Al tratarse de un problema que se repite cada año, es preciso exigir a las autoridades locales, departamentales y nacionales que esta vez se tomen acciones oportunas para evitar que la historia se repita.
La primera alerta de esta temporada de lluvias se dio el Tarija por el desborde de la quebrada que anegó al menos cuatro barrios y dejó sin energía eléctrica a varias zonas.
¿Qué tan fuertes serán este año las precipitaciones? Lo cierto es que su impacto también dependerá de la gestión de riesgos que realicen las instancias nacionales, como el Viceministerio de Defensa Civil y los Comandos de Emergencia Departamentales, para reducir los daños.
Sólo entre enero y marzo, unas 52 personas perdieron la vida por los desastres a causa de las lluvias, según el Viceministerio de Defensa Civil.
Se estima que cada año los estragos que causan las crecidas de ríos e inundaciones afectan a por lo menos 20 mil familias el país con las lamentables consecuencias de pérdidas materiales y productivas.
De ahí que este año las acciones de prevención y alerta temprana sean más efectivas para reducir al mínimo los daños a la población.
En lo que va de esta nueva temporada de lluvias, unas 14 personas ya han perdido la vida y 3.380 familias fueron afectadas y más de 2 mil damnificadas.
La meta es no tener otra vez los daños que en 2023-2024, considerando que fueron meses críticos por crecidas históricas y que incluso obligaron a evacuar gran parte de Cobija, en Pando.
En Bolivia, la gestión de riesgos está definida en la Ley No. 602 de atención de riesgos, que establece las competencias para el nivel nacional, departamental y local.
Después de los desastres de 2023-2024, las instancias gubernamentales quedaron en encarar la temporada 2024-2025 con mayores medidas de prevención y con un plan poslluvias, que prioriza la reconstrucción en las zonas más afectadas. Es necesario exigir que estas tareas se hayan cumplido y esperar que no se tengan desastres de la magnitud del pasado.
De ahí que se tenga la urgencia de que ojalá este año, 2024, el país esté mejor preparado para las nuevas contingencias.
Según Defensa Civil, todos los Gobiernos (nacional, departamental y municipal) deben contar con un plan de gestión de riesgos y atención de desastres que contemplen las acciones de prevención, atención y reconstrucción posevento.