La batalla de Ayacucho
Hace 200 años y cuatro días tuvo lugar la batalla que definió la liberación de las colonias españolas y cuyas características e impacto tendrían que inspirar en los bolivianos el espíritu de la celebración que merece el bicentenario de nuestra independencia.
“La batalla de Ayacucho representó el enfrentamiento más grande e importante de las campañas finales de las guerras de independencia hispanoamericanas. En esta campaña militar decisiva se consolidó la independencia de la República del Perú y de los nuevos estados americanos de habla hispana”, refiere Wikipedia.
Este evento suele ser considerado el final de las guerras de independencia en América del Sur. La victoria de los patriotas supuso la desaparición del contingente militar realista más importante que seguía en pie. La capitulación del virrey de Perú selló de forma definitiva la independencia de Perú.
Los últimos bastiones realistas se rindieron sucesivamente a partir de entonces.
La importancia continental de Ayacucho radica en la cantidad de países involucrados en aquella batalla, aunque esa también haya sido una característica de la de Junín, librada el 6 de agosto de 1824. Hubo dos ejércitos en contienda, el Libertador Unido del Sur, liderado por Antonio José de Sucre, y el español, que en esa ocasión estuvo encabezado nada menos que por el virrey del Perú, José de la Serna.
Ayacucho significó la libertad efectiva de las colonias españolas en Sudamérica. La chispa encendida el 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca no alcanzó a convertirse en fuego porque España pudo recuperar los territorios alzados, y luego los volvió a perder para ocuparlos nuevamente. Ese ejercicio de tomas y reconquistas se acabó en Ayacucho, hace 200 años, porque de inmediato siguieron sublevaciones de la tropa del propio Olañeta, entre enero y febrero de 1825. Se rebelaron Cochabamba, Chuquisaca, Santa Cruz y Vallegrande mientras que Tarija fue ocupada por Eustaquio Méndez, que se proclamó gobernador.
Ese es el hecho histórico que se celebró el lunes en el departamento peruano de Ayacucho y en todo Perú.
Aquí, en Bolivia, a poco menos de ocho meses de la magna fecha en la que celebraremos el bicentenario de nuestra patria, la agenda de esas celebraciones que están a cargo del Consejo Nacional del Bicentenario no tiene aún fecha para su presentación, aunque el presidente de esa entidad asegura que “va a ser entre la última semana de diciembre o la segunda semana de enero”.
Ésa es la parte oficial, la que está a cargo de aparato estatal correspondiente. Pero cada uno de los bolivianos tenemos motivo suficiente para comenzar a cultivar el espíritu que merece esta celebración. Conocer cuánto debe Bolivia a los héroes de Ayacucho puede ayudar a conseguir ese fin.