Monserrat y Jaqueline, guerreras
Jael Monserrat Uribe Palmeros (21) salió de su casa en Ciudad de México el 24 de julio de 2020 para una entrevista de trabajo y nunca más volvió. Desde entonces, su madre, Jaqueline, se convirtió en una guerrera que no descansó hasta dar con los restos de su hija. La halló un día de noviembre de 2024, después de excavar decenas de fosas y, finalmente, le pudo dar el último adiós el 31 de enero de 2025 y decirle: “Nosotras te encontramos”.
Su historia ha tocado a todos los mexicanos, y ha traspasado fronteras. El dolor, la violencia, la inseguridad y la negligencia no tienen límites y atraviesan los países latinoamericanos. Una muestra de ello es el movimiento “Ni Una Menos”, que empezó en Argentina y se extendió a varios países, entre ellos Bolivia.
La historia de Jaqueline, la madre buscadora, se repite en México, en Bolivia y en todos los sitios donde las mujeres son víctimas de la violencia.
Como sucede con la mayoría de las mujeres desaparecidas, sus familiares emprenden una lucha solitaria. La mamá de Monserrat peregrinó sola, cuando las autoridades en vez de activar la búsqueda le recriminaban por haber dejado que su hija se hiciera tatuajes. Al final aceptó que estaba sola y dijo: “Aquí el único que me va a ayudar es Dios”. Fue así como convirtió su dolor en coraje y fundó su colectivo “Una luz en el camino”, que le ayudó a rastrear la ubicación del cuerpo de su hija.
En Bolivia hay casos similares, pese a los avances normativos como la Ley 348 que garantiza a las mujeres una vida libre de violencia. El más mediático es el de Odalys Vaquiata, de 28 años, desaparecida, hasta ahora, desde el 30 de marzo de 2023, después de un viaje a los Yungas con Joel, su pareja y, ahora, principal sospechoso.
La historia de Odalys es sólo una muestra de los casos de mujeres desaparecidas en Bolivia. Existen otros como el de Zarlet Clavijo, quien se perdió en 2012, cuando tenía 17 años. Su madre, Marcela Martínez, la busca con sus propios medios y 10 años después reveló que la joven fue secuestrada por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia.
En Bolivia, las cifras son una muestra del flagelo de esta problemática. Sólo en 2023, un total de 83 mujeres perdieron la vida, según el Observatorio de Género de la Mujer. Además, se recibieron 51.770 denuncias en el marco de la Ley 348 y 39 mil denuncias por violencia de género.
En México se estima que hay más de 100 mil mujeres desaparecidas. La historia de Monserrat volvió a llamar la atención sobre este drama y se espera que sirva para cambiar la forma en que las instituciones y funcionarios buscan a las víctimas y acompañan a sus familias en este duro camino.