Pensar en mitigar los efectos de la sequía
Si bien Bolivia enfrenta ahora las consecuencias de las lluvias que se prolongaron hasta abril, en el mediano plazo se verá nuevamente afectada por la sequía. La falta de agua es un problema recurrente en muchas regiones, como Pasorapa, en el cono sur del departamento.
Antes de que la sequía azote a más poblaciones, en Cochabamba ya se comienzan a tomar acciones, como la construcción de atajados, la cosecha de lluvia y la plantación de pencas de tuna forrajera, con el fin de asegurar alimento para el ganado en las zonas golpeadas por la escasez del agua.
Así como la lluvia está afectando a más de 200 municipios en Bolivia, la sequía lo hará a mediados de año. Los últimos estudios dan cuenta de que el departamento tendrá cada vez más periodos de sequía y no sólo en las zonas habituales, así que la planificación será esencial para mitigar al máximo los efectos. Una investigación de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) estableció que las precipitaciones pluviales se redujeron en un 50 por ciento.
“El hidrólogo e investigador de la casa superior de estudios Mauricio Villazón mencionó que un análisis estadístico de datos meteorológicos y pluviométricos de 40 años detectó que las lluvias se redujeron significativamente”, según una publicación de Los Tiempos.
“En cada sitio la cantidad varía, pero en la ciudad, por ejemplo, en la estación meteorológica del aeropuerto, la precipitación anual promedio era de 460 milímetros, pero por la sequía, la gestión 2022 y 2023 no hemos llegado ni a los 200”, afirmó.
En este sentido, hay que destacar acciones de instituciones como la UMSS, que impulsa las plantaciones de pencas de tuna forrajera como una alternativa para alimentar al ganado en las regiones que son golpeadas por la sequía. La iniciativa que beneficiará a casi 700 familias es una medida concreta para reducir las consecuencias de la falta de agua.
La UMSS y la Gobernación apoyan con este proyecto a los municipios de Arque, Tapacarí, Capinota, Santiváñez, Tarata, Anzaldo, Toco, Tolata, Sipe Sipe y Sacaba. “La tuna forrajera nos va a permitir rescatar áreas secas del departamento apoyando la actividad ganadera, trabajando juntos podemos lograr muchas cosas buenas en el tema agropecuario”, manifestó el secretario general de la universidad, Ronald del Barco.
La iniciativa es un ejemplo de las medidas que se deben adoptar para encarar los fenómenos climatológicos que afectan a las poblaciones de forma recurrente.
Los últimos desastres que azotan al país más allá de los daños que causan, son también una lección sobre la importancia que tiene la prevención del riesgo. La anticipación con la que se trabaje para minimizar sus impactos serán determinantes para disminuir las pérdidas.