Que gane la patria, presidente Noboa
Presidente Noboa, su juventud, formación y conexión con diversos sectores sociales desde jóvenes, profesionales de las clases medias, indígenas, adultos y adultos mayores, son su capital social. Tómelo en cuenta. El país requiere profundas transformaciones y los jóvenes que tienen esperanzas necesitan educación y empleo.
Muy bien por la creación de nuevas universidades públicas. Sólo con ciencia y tecnología construiremos un Ecuador distinto y generaremos ideas para proyectar y fortalecer la posición internacional del país.
Pero, también necesitamos inversión extranjera y credibilidad en nuestras instituciones democráticas Que sean seguras, respetuosas y justas. Que se gobierne con ley y justicia. Que los poderes del Estado tengan sus competencias y jurisdicción establecidas con claridad. No tema a la disidencia. Hágalo tan bien que hasta sus adversarios lo respeten.
Que los niños no estén ausentes de las políticas públicas. Que la educación fiscal y gratuita sea una de sus prioridades. Que la educación y el desayuno escolar llegue a todos los niños y jóvenes del Ecuador en las 24 provincias (departamentos en Bolivia).
Elija bien a quienes lo acompañan en su gestión de gobierno. Hay tantos profesionales ecuatorianos probos y con sentido de país. Gobierne con ellos. No es bueno rodearse de un club de amigos. Gobernar es un arte y una estrategia. Permita que los mejores y esclarecidos profesionales en los distintos sectores, desde la economía, las finanzas hasta las políticas sociales lo acompañen.
La patria es sagrada como la madre de uno. Por eso, en estos cuatro años le corresponde servir a la patria en todas sus horas. Dedicarse a fondo a hacer de nuestro país un lugar seguro para propios y extraños. Este punto incluye a la seguridad jurídica para las inversiones y la vitalidad financiera.
Que los policías cumplan su deber de protección a los ciudadanos, pero enmarcados en el firme respeto a los derechos de las personas. Que los derechos sustantivos de hombres y mujeres estén en su agenda política para que nadie lo olvide.
Asegúrese de que las calles de ciudades y pueblos sean lugares seguros, que la delincuencia no campee ni el crimen organizado haga de las suyas. No ceje en sus esfuerzos por la seguridad ciudadana, Sus electores esperan respuestas concretas y un plan que traiga certezas.
Usted tiene la oportunidad de concretar la esperanza que en su momento tuvo en amplios sectores el presidente Roldós, un patriota convencido de que servir a país era un privilegio y una oportunidad que había que honrar.
Roldós, dijo firmemente, “La democracia no debe ni puede ser débil, No hay que confundir libertad con anarquía”. Y él nos mostró el camino, pero nos dejó huérfanos de esperanza, con su pronta partida en un accidente no completamente esclarecido. ¡Cuántos requiebros y déficit de democracia hemos sufrido los ecuatorianos desde entonces!
Acreciente la esperanza y las voces de un pueblo que confía en que sí se puede reinstalar una democracia ejemplar y virtuosa.
Tiene a la gente de a pie, a los profesionales y a los jóvenes que se miran en usted y lo quieren emular. Ellos también sueñan una vida y un destino con futuro.
Dibuje el futuro con cada uno de los 17,7 millones de ecuatorianos, con los que lo votaron y con los que no. Los hombres y mujeres de Ecuador confiamos en que gobierne en la certeza de que servir a sus conciudadanos es el privilegio más honroso para un individuo.
Así, al final de su gestión, su obra y legado hablarán mejor que el marketing o las campañas en las redes sociales. En sus manos está la posibilidad de ser un estadista y abrazar la causa del Ecuador como la causa primera de su vida pública.
La autora es profesora titular de la UMSA e internacionalista
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