Unidos por la basura
El problema de la basura es uno de los que más afecta a los municipios del departamento de Cochabamba pues, aunque los conflictos por el funcionamiento de los botaderos a cielo abierto se concentran en el eje metropolitano y particularmente en la ciudad de Cochabamba, la gestión de los residuos sólidos es un asunto que toca a todos.
Cada día se generan cerca de mil toneladas de basura en el eje metropolitano de Cochabamba, desde Sipe Sipe hasta Sacaba pasando por Cercado, que van, sobre todo, a los vertederos, en general ubicados fuera del área poblada. En el caso de los municipios de Quillacollo y Colcapirhua, sus botaderos son colindantes, en la zona de Cotapachi.
En Quillacollo, se generan alrededor de 200 toneladas diarias de residuos. En las festividades la cantidad se triplica por la llegada de visitantes. Uno de los temas pendientes es la aplicación de una tasa de aseo, debido a que se trata de un servicio aún subvencionado con recursos públicos, lo que limita que se hagan mejoras en el vertedero y en el servicio de recojo y clasificación.
En Colcapirhua, la población aumenta rápidamente y, desde hace una década, se plantea construir una planta de manejo de residuos, pero no hay avances. El botadero está situado en el lado sur del municipio, en la zona de Esquilán, donde los vecinos protestan por los malos olores y la proliferación de moscas. Se estima que se generan unas 40 toneladas diarias de basura.
En Cercado, la gestión de los residuos se realiza en un relleno sanitario, donde los que se consideran peligrosos, como los hospitalarios, se separan y tienen un tratamiento específico. El municipio genera unas 700 toneladas al día y sólo una mínima cantidad se recicla.
Sacaba genera alrededor de 130 toneladas de residuos sólidos diariamente y aprovecha alrededor del 2 al 10% para producir abono orgánico. También, recupera plástico, papel y cartón.
Esta realidad se repite, con variaciones locales, en el resto de los municipios del eje: Vinto, Tiquipaya y Sipe Sipe. En el valle alto uno de los casos más críticos es el de Tarata, donde hace dos años se denunció la contaminación por “un río de basura”.
Ante esta situación y la última crisis que soportó la ciudad de Cochabamba durante 15 días por el cierre del botadero de K’ara K’ara, los alcaldes del eje y la Gobernación coincidieron en la necesidad de avanzar en concretar el Complejo de Industrialización de Residuos Sólidos.
La consolidación de este proyecto requerirá de más diálogo y socialización con las poblaciones donde se ubicará la planta, debido a que el rechazo de los vecinos a este tipo de proyectos es lo que frena su realización.
Entre los objetivos a corto plazo para los alcaldes del eje que están en la recta final d su gestión es consensuar la ubicación de la planta, que requiere de un espacio de al menos 150 hectáreas.