Ministro justifica más deuda y anticipa aumento de reservas

El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, informó ayer que, para este año, se prevé elevar las reservas internacionales en al menos 500 millones de dólares y aseguró que el hecho de que Bolivia continúe accediendo a deuda es una muestra de la confianza de los acreedores.

“Tenemos un déficit público de 7,49 por ciento respecto al PIB y una ganancia de reservas proyectada de 500 millones de dólares”, informó Montenegro en contacto con medios estatales. 

Asimismo, la autoridad acotó, con relación al aumento de la deuda pública en el mercado internacional, que “si a Bolivia le fuese mal, no tendríamos esta capacidad de obtener este endeudamiento  (...) A Bolivia le permiten ir a los mercados de capitales y los organismos multilaterales de crédito también le dan porque hay movimiento económico y capacidad de generación de ingreso”.

De acuerdo a distintos analistas económicos, la deuda total de Bolivia representa el 80 por ciento del PIB. Sin embargo, Montenegro exhibió datos según los cuales la deuda total del país llega al 46 por ciento del PIB, con lo que se ubica entre los países con menor deuda (en relación a su PIB) en la región, sólo por encima de Paraguay, Chile, Perú y Guatemala. 

Acotó que “si el endeudamiento fuera malo”, no existirían organismos multilaterales ni bancos que presenten dinero. 

Con relación a las reservas internacionales, según datos del BCB, estas llegaron a los 4.000 millones de dólares, a fines del 2022. Montenegro dijo que estas cayeron principalmente por la importación de diésel. Para este año, se espera que se estabilicen y aumenten levemente. 

2022 cerraría con déficit de 8,5%

Se espera que el país cierre el 2022 con un déficit público que no sobrepase el 8,5 por ciento proyectado a principios del año pasado. 

Para este año, se prevé un nuevo déficit de 7,5 por ciento, de darse el caso sería el décimo año consecutivo en el que el Estado gasta más dinero del que puede reunir, debido al aumento de las obligaciones y la disminución de  los ingresos, principalmente en el sector de los hidrocarburos.