Tras recibir apoyo de Carvajal en el pasado, ahora el MAS la persigue
Desde 2011, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb) ha sido blanco del Movimiento Al Socialismo (MAS) por cuestionar al poder político por diferentes acciones gubernamentales en contra de los derechos humanos. Es una operación política del Gobierno para que no haya voz disonante, sostiene un analista y excompañero dirigente de Evo Morales.
La otrora bien reconocida Apdhb por la defensa de Evo Morales, por denunciar la situación política en el Chapare, a la fecha se constituye en una piedra en el zapato del gobernante por denunciar las violaciones a los derechos humanos cometidas por el MAS.
Antes del distanciamiento, Morales nombró a un expresidente de la Apdhb como ministro de Gobierno, Sacha Llorenti. Incluso, el 9 de abril de 2007, el entonces presidente de la Apdhb, Guillermo Vilela, rechazó “el informe del Departamento de Estado norteamericano que indica que en Bolivia se violan los derechos humanos”.
Viraje y detonante
Sin embargo, esta relación estrecha con el otrora dirigente campesino defendido por Apdhb dio un giro, por expresar su preocupación por escándalos de diferente índole que sacudía a la administración de Morales.
El detonante para la ruptura fue la intervención policial en la localidad de Chaparina, en 2011, contra los indígenas movilizados de tierras bajas en rechazo a que Morales construya una carretera a través del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (Tipnis).
La Apdhb se enfrentó con el Gobierno y promovió una campaña de denuncias permanentes e, incluso, demandas ante instancias internacionales de defensa de los derechos humanos y del medio ambiente.
Inicio de intervenciones
Otra instancia de confrontación entre la Apdhb y el Gobierno se dio el 20 de enero de 2014 debido a la intervención policial a la sede departamental de la institución de defensa de derechos humanos, bajo el justificativo de disputas internas por el control de la institución.
En 2016, se inició el hostigamiento contra la Apdhb por grupos de choque del MAS, aspecto que recrudece con el nombramiento de Amparo Carvajal.
Defensa y acusación
En 2018, la Apdhb salió en defensa de los derechos humanos de los cocaleros de los Yungas (Adepcoca ) de La Paz que rechazaban erradicación forzosa, por lo que sufrieron violentas intervenciones en La Asunta. En ese entonces, el presidente Morales aseveró que “la derecha proimperialista usa a la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Paz y se oculta en el Opus Dei de la Iglesia católica para atacar el proceso de cambio con campaña de mentiras y falsas denuncias”.
Por este motivo, el entonces ministro de Gobierno, Carlos Romero, acusó a Carvajal de promocionar a organizaciones criminales.
En diciembre de 2018, el Gobierno identificó a 43 personas, incluida la presidenta de la Apdhb, como promotoras de violencia y racismo.
Las repostulación de Morales y Álvaro García Linera para los comicios de octubre de 2019 es otro episodio de fricción. La entidad de defensa de derechos humanos se pronunció por el irrespeto al resultado del referendo constitucional, además de articuló con el Conade para rechazar una nueva postulación del binomio masista.
Estuvo presente en las movilizaciones de noviembre que determinó la renuncia y huida de Evo Morales.
Otro episodio que molestó al gobernante MAS, ahora en las manos de Luis Arce, fue el pedido que hizo Carvajal de que la expresidenta Jeanine Áñez se defienda en libertad, además de denunciar la vulneración de los derechos fundamentales de exautoridades.
Esto le significó a Carvajal la persecución de afines al masismo, a través de dirigencias paralelas de la institución defensora de derechos humanos, quienes le cuestionaban no reclamar por los muertos de Sacaba, Senkata, entre otros.
Amenazas de quema
En septiembre de 2021, tras una serie de críticas contra la Apdhb, salió a luz el grupo denominado Wila Lluch’us, que amenazó con quemar la casa de Carvajal.
“Una vez más, el ejército guerrero Wila Lluch’us estamos en protesta de que estos malos jueces, malos policías, han protegido la casa de Carvajal. Esta casa que está construida con la economía del pueblo debemos quemar, compañeros. Por eso estamos organizando y vamos a ir en cualquier momento”, indicó una de las personas en un video publicado por Noticias Qhana Pacha.
Sin embargo, a fines de agosto de ese año, este grupo señaló: “Hermanos soldados, en este momento estamos coordinando, estamos atentos porque vamos a quemar la casa de esa (…) que defiende a los asesinos, a los golpistas como Jeanine Áñez”.
Toma violenta
Pero el asedio continuó contra la Apdhb con la formación de una entidad paralela, que, de la mano de la Policía, Impuestos consolidaron la toma de la Apdhb.
“Un Gobierno de la característica del MAS, autocrático, no quiere tener ninguna voz disidente; tiene que estar cumpliendo todo a pie juntillas lo que diga el Gobierno, no tiene que haber ninguna voz de descontento”, dijo el analista Lucio González.
45 presos políticos
Pedir la liberación de estos detenidos le significó a Carvajal que sea acusada de cómplice, que no es boliviana.
Carvajal refiere no saber que hacer
“Para muchas personas que hemos luchado, es un momento muy duro, muy triste, injusto. (...) ¿Qué hacemos? ¿Nos vamos, lo dejamos, nos dividimos un poco más, yo no acepto al otro?”, cuestiona la presidenta de la Apdhb, Amparo Carvajal. “Gente luchadora, a lo mejor me voy, ¿y dónde me voy? A Nicaragua, y allí estamos exactamente igual, de ser defensores pasamos de derecha, fascistas o terroristas”.
Dirigente minero violentó la Apdhb
En febrero de 2017, los afines al MAS, al mando del dirigente minero difunto Orlando Gutiérrez, irrumpieron de manera violenta y allanaron la Casa de Derechos Humanos e intimidaron a su presidenta, Amparo Carvajal, para que entregara las llaves de las instalaciones. Carvajal denunció los hechos ante la Fiscalía Departamental de La Paz por delitos de allanamiento, coacción, entre otros.