Analistas: Ni en el mejor contexto la subvención al combustible bajará a Bs 1
Después de que el Gobierno aseguró que se disminuyó en 40 por ciento el costo de la importación de combustibles (gasolina y diésel) y que aún busca reducir el costo de la subvención a un boliviano por litro, los especialistas aseguraron que esto ni en el mejor de los panoramas podría suceder, ya que el precio internacional del petróleo no lo controla Bolivia. Por ello, sugirieron acciones concretas para garantizar la producción de hidrocarburos y así no depender de la importación.
Según datos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), en 2016 el costo de subsidio a la gasolina y el diésel fue de 204 millones de dólares y en 2022, 1.713 millones, es decir, hubo un aumento de 740 por ciento en seis años.
En un panorama de disminución de los ingresos por las exportaciones de gas y el alza de las importaciones de los combustibles, el presupuesto a la subvención de hidrocarburos para 2023 subió en 59 por ciento en comparación con lo proyectado en 2022: 4.794 millones de bolivianos a 7.642 millones.
En este contexto, el pasado fin de semana, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, explicó que la disminución del costo de la importación de combustible se debe a cambios en la logística de internación al país y la disminución de los precios internacionales.
En mayo y junio de 2022, la gasolina y el diésel se importaban a 10,14 bolivianos por litro, puesto que, debido a la guerra entre Rusia y Ucrania, el precio del barril de petróleo llegó a 120 dólares: Sin embargo, actualmente se cotiza en 70 dólares, por lo que el país paga 6 bolivianos por litro de gasolina.
El especialista en hidrocarburos Álvaro Ríos señaló que la reducción en los costos de la importación del combustible se debe a la disminución del precio internacional del barril de petróleo y no necesariamente a las acciones del Gobierno nacional.
“Ya nada está bajo nuestro control, es bueno que haya bajado el costo de la subvención, pero no es porque YPFB haya hecho algo, sino es por la coyuntura intencional, pero si el precio sube otra vez vamos a volver a pagar precios elevados como en 2022”, dijo.
Indicó que esto quiere decir que cualquier hecho externo adverso puede causar que el precio del petróleo suba y nuevamente los costos de importación serán altos. “Dependemos de los vaivenes de los precios internacionales”, añadió.
Ríos afirmó que la solución estructural a ese problema es la exploración para volver a ser productores de petróleo y no depender de la importación, pues este año el país importará más combustible que en 2022.
“Lo que estaba bajo nuestro control y no lo hemos hecho es la exploración. Esto quiere decir que cada vez vamos a importar más gasolina y diésel. Este año las importaciones van a ser mayores, naturalmente porque la producción de petróleo está cayendo, y, por lo tanto, hay que importar más”, dijo.
Por su parte, el investigador en Energía de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, afirmó que toda importación, por mínima que sea, no es positiva para el país, aunque YPFB diga lo contrario.
“Mientras sigamos importando a precio caro, el efecto negativo va a persistir para la economía, es decir, el hecho de optimizar la logística en la compra de combustible no soluciona el problema estructural, el problema de fondo es la baja en la producción de combustibles en Bolivia”, dijo.
El analista indicó que, hasta mayo de 2023, la producción de hidrocarburos cayó en 49 por ciento en comparación con 2015. En este contexto, en la actualidad Bolivia paga 6 bolivianos por litro de combustible para venderlo a 3,74 bolivianos, lo cual no es un buen negocio porque la diferencia la sigue pagando el Estado.
“Al no solucionar el problema de fondo seguimos dejando la economía nacional vulnerable a shock externos que encarezcan el precio del petróleo y hagan más insostenible la situación actual, peor en una economía con déficits fiscales desde 2014”, dijo.
Además, Velásquez indicó que llama la atención que, luego de casi 20 años de subvención, recién YPFB busca optimizar su logística para reducir los costos de importación.