Libro refleja el uso del racismo como instrumento político
El libro “Mi delito es ser indio, política y racismo en Bolivia”, de María Teresa Zegada y Gabriela Canedo, refleja cómo se exacerbó el discurso de racismo durante los últimos conflictos políticos en Bolivia.
Las investigadoras analizaron tres importantes periodos históricos: el conflicto de 2019, el Gobierno de la expresidenta Jeanine Áñez y los primeros meses del Gobierno del presidente Luis Arce Catacora, en los que se evidenció el discurso del racismo con fines políticos.
Zegada señaló que el objetivo de la investigación fue indagar cómo cobró tanta relevancia el discurso del racismo, en los últimos años. Evidenciaron que, si bien fue perdiendo fuerza lo indígena debido a las tensiones con el Gobierno central, reapareció con mucha fuerza en 2016.
Sin embargo, ya no exaltó la identidad del indio, más bien surgió que el término racismo, “usado de manera instrumentada por el Movimiento Al Socialismo (MAS) en un campo de polarización que le resultó muy funcional porque hay una herida histórica del racismo y discriminación”.
Entonces, proliferaron los discursos de las autoridades haciendo referencia al racismo.
Canedo enfatizó que el discurso de racismo tiene picos en momentos de conflicto de diversa índole, y los problemas son resumidos en racismo. “Hemos visto que apelar al racismo tiene alta eficacia en el sentido que se dicotomizan todas las relaciones, los indios y los citadinos y los k’aras frente a indios, por ejemplo”, dijo.
Canedo recordó que en 2019 una de las aristas del conflicto político fue el racismo.
Con la asunción de Áñez también identificaron racismo, tanto cotidiano como de las autoridades hacia los movimientos sociales, “porque la polarización está sembrada”.
Las investigadoras señalaron que de cara a las elecciones presidenciales de 2025 puede volver a cobrar fuerza el tema de la identidad étnica y el racismo como discursos políticos.
La investigación demandÓ dos años y fue presentada anoche en Cochabamba.