El perfil del boliviano de acuerdo a la ciudad en la que habita
Bolivia se organiza territorialmente en nueve departamentos, que a su vez se dividen en 112 provincias, y estas en 339 municipios y territorios indígena originario campesinos.
Por su distribución geográfica, Bolivia se constituye en un país diverso, plurilingüe y pluriétnico. Esto significa que en su estructura social y cultural cohabitan múltiples formas de expresión, relacionamiento social y, por ende, una forma de comunicación directa o indirecta que hace el conjunto armónico de país.
Para el antropólogo cochabambino, José Antonio Rocha, Bolivia es un país con múltiples identidades culturales, una distinta de la otra. No se puede hablar, dice Rocha, de una sola identidad. Puesto que cada región tiene, esencialmente, características que lo hacen distinto uno del otro. Esto también es aplicable a los perfiles sociales de cada departamento.
Tomando en cuenta esta diversidad cultural, es preciso distinguir que los nueve departamentos de Bolivia poseen una esencia histórica a la hora de constituir su perfil social, político e histórico de sus habitantes.
Por ejemplo, los pobladores del valle tendrán una distinción lingüística y cultural de acuerdo a su entorno, acaso una identidad particular que se caracteriza por su relación medioambiental y su idiosincrasia profundamente arraigada a su tiempo histórico.
Lo mismo sucede con el del oriente, del llano, del andino y del amazónico.A continuación desglosamos el perfil del boliviano de acuerdo al departamento que pertenece, rescatando, obviamente, una parte importante de su esencia.
Cochabamba
El cochabambino tiene la particularidad de ser ciudadano migrante, activo en sus destinos, tanto de negocios, turismo, o echar raíces en cualquier parte del mundo.
No por nada se dice que el cochabambino nace donde quiere.
El cochabambino es alegre y muy sociable, le gusta la presencia de amigos y goza de actividades de fin de semana, con la familia o su entorno, pero siempre acompañado de un buen plato de comida o una bebida espirituosa, cerveza, o la tradicional chicha. Es un sibarita por excelencia.
Para el cochabambino, la familia es muy importante, es su centro social y esto tiene que ver con una visión casi conservadora y apegada a su clan.
Es un tanto desconfiado e informal en sus compromisos. Es puntualmente impuntual y su disconformidad con todo o con nada, es un tema aparte.
El cochabambino es emprendedor, ahorrador, sabe de negocios y sus emprendimientos van de la mano de una buena administración.
Es afectuoso y solidario, su lenguaje es afable. Casi todo lo expresa en diminutivo y tiene la cadencia de un castellano con una serie de modismos u onomatopeyas.
El aquistio, cerquita, caserita, poquitito, son ejemplos de aproximación a un diálogo ameno.
Pero también a un relacionamiento estrecho con el quechua que, esencialmente, es dulce y amable.
Santa Cruz
El cruceño es abierto y franco, no tiene reparo a la hora de decir lo que piensa y lo que siente.
Lleva la alegría como bandera y su afán de progreso siempre está por delante.
Es pragmático y decidido a la hora de emprender. Es amistoso y sociable y eso le da una particularidad especial.
Pero el cruceño también es poco previsor, no es un personaje al que le preocupe conservar. Es desprendido y su eslogan parece ser el de: hay que compartirlo todo. La alegría y la música son características del cruceño, esto hace que su estado de ánimo casi siempre esté dispuesto al festejo. Su lenguaje es afable y su particular acento también está sujeto a modismos y tradiciones verbales.
La Paz
El paceño es profundamente apegado a sus tradiciones, su visión cosmopolita también le lleva a ser un migrante con deseos de explorar otras tierras.
Es emprendedor y su visión va más allá de sus raíces, le permite surgir en cualquier lugar en el que se encuentre.
Pero quizás uno de los perfiles que se debe destacar es el gran don para el comercio. La Paz se caracteriza por ser un departamento comercial y sus ciudadanos se mueven en esa dinámica.
Sucre
Dentro de las características más importante del sucrense podríamos mencionar su alto valor cultural que le da a su ciudad.
El chuquisaqueño es gentil y con una gran afabilidad para recibir a los visitantes. Le gusta la amistad y en ocasiones podría ser un tanto reservado.
Es formal, pero cuando se trata de alegrarse lo hace con mucha pasíon.
Su convicción de ciudadano está relacionada con su patriotismo y defensa de lo suyo.
Tarija
Sus habitantes llevan la música y la alegría por excelencia. El tarijeño es desenfadado y algunas veces podría pasar de pasivo y muy tranquilo.
Pero también tiene la convicción de ser solidario y receptivo, sobre todo con los forasteros.
Es emprendedor y ama su cultura, es alegre y le gusta compartir con los demás. Lleva la picardia en la boca.
Potosí
Potosí, o Villa Imperial de Potosí, es una ciudad del suroeste de Bolivia, capital y ciudad más poblada del departamento homónimo y de la provincia de Tomás Frías.
El potosino es orgulloso de ser la cuna histórica de Bolivia, tiene el talante de la pujanza y el trabajo. El potosino es serio pero con un corazón noble. Es alegre en sus manifestaciones culturales y el colorido de su esencia andina.
Amigable y podría pasar de tímido, pero cuando logra la confianza es un habitante leal y persistente.
Oruro
Como capital del folclore boliviano, sus habitantes están orgullosos de la diversidad cultural que posee.
Los orureños son receptivos y alegres, su pasión por el baile es larga data. Un orureño puede ser un tanto tímido y reservado, pero su solidaridad es amplia y conocida.
Trabajador y emprendedor, su tradición es inmortal.
Beni
Los benianos poseen el talante de la alegría y de la convivencia, como buenos orientales, les encanta compartir con amigos y la familia.
A veces el gesto de ser un tanto alabanciosos y demostrar lo que tienen, les acarrea alguna que otra crítica, pero por lo general son personas que se abren a cualquier situación.
Pando
El pandino, como todo oriental, lleva la alegría y la música por dentro. Su afán de ser un habitante solidario, le hace un personaje extrovertido y muy amistoso.
El pandino sabe que su tradición está primero, aunque a veces establece una doble vivencia por ser un departamento muy cercano a Brasil.
Le gusta la conversación y su identidad está marcada por la historia. El pandino es receptivo y con un profundo respeto por la diversidad.