Pese a reformas, ven que los caudillos limitan presencia de la mujer en política
La participación de la mujer en la política boliviana aún es limitada, pese a existir normas que determinan la paridad y equidad, que si bien se constituye en un avance, hay espacios de poder político que están vetados a este sector de la población y tampoco tienen incidencia en políticas de decisión, indicaron analistas, al asegurar que un partido político es la institución menos democrática que existe.
Los expertos agregan que los casos de acoso y violencia política contra la mujer se incrementan, además de depender de la decisión del caudillo de ser incluidas o no en listas de candidatas.
Sonia Montaño, socióloga feminista, fundadora del Centro de Información y Desarrollo de la Mujer, sostiene que uno de los signos de la crisis de la democracia institucional en el país es el debilitamiento de la participación política de las mujeres.
“Se ha ido deteriorando y esta participación, que fue importante, fue de la mano de todo el deterioro institucional, que significó el clientelismo. Un ejemplo de ello fue que el grupo de las Bartolinas empezó a gozar de los placeres del poder, tenemos el caso del Fondo Indígena”, dijo.
La abogada y exlegisladora Lourdes Millares refiere que, si bien se cumple el porcentaje de participación política de las mujeres en los órganos deliberantes, no significa el acceso a toda la estructura.
“Creo que existen espacios y escenarios políticos en los cuales las mujeres permanecen invisibilizadas, como en el caso de la conducción de partidos políticos: no hay jefas o presidentas en estas organizaciones. Por ejemplo, ahora que se acercan las primarias, vemos nuevamente la disputa entre hombres, como en el MAS”, manifestó.
Retroceso
Según Millares, se ha observado, en los últimos años, la ausencia de las mujeres en espacios políticos de decisión, que parece estar vetado a este sector.
Explicó que, en las dos últimas legislaturas de la ALP, no ha habido mujeres en la presidencia de las cámaras de Senadores y Diputados.
Defensa del caudillo
Montaño y Millares coinciden en que el valor de las mujeres se mide de acuerdo a lo que defina el “caudillo” del partido, es decir, que es quien define si participa de listas o no.
Agregan que las mujeres que están en espacios de poder se han constituido en “defensoras del caudillo” ante cualquier ataque del que pueda ser objeto.
“Por ejemplo, la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, lo que hace ahí en el cargo es una suerte de defensa del caudillo más allá de desplegar una capacidad de gestión que de alguna manera visibilice de manera más contundente a las mujeres”, indicó Millares.
Lucía Vargas, responsable de Incidencia Política de la Coordinadora de la Mujer, aseguró que se ha evidenciado que “a mayor participación política de las mujeres, se incrementan las denuncias de acoso y violencia política, particularmente contra las autoridades subnacionales”.
“Ellas van a cumplir hasta el mes de octubre dos años y medio de gestión y hay una suerte de que son presionadas, violentadas por parte de sus partidos, por parte de sus suplentes con el fin de hacerlas renunciar del cargo y obviamente pueda asumir el cargo el suplente”, aseveró.
Señaló que, por falta de conocimiento, las féminas, bajo coacción, presión, firmaron en la etapa previa al proceso electoral carta para cederles los cargos pasado medio periodo, lo que se denomina gestión compartida.
“Ésta es una vulneración de los derechos políticos de las mujeres, va contra la Constitución, contra los derechos de los electorados”, sentenció.
En tanto, Millares señala que el acoso y violencia política es alarmante debido a que se está obligando a las concejalas a compartir su mandato.
“Darle obligatoriamente la mitad de titularidad cuando el suplente es hombre, pero no sucede lo mismo con los hombres, es decir, que cuando el titular es hombre se queda todo el periodo de mandato”, indicó.