Ambientalistas alertan de posible crisis hídrica a fines de 2023 e inicio de 2024
Ambientalistas advierten sobre una “crisis hídrica” que podría sufrir el occidente del país debido a las elevadas temperaturas, el fenómeno del Niño y los incendios forestales, entre otras, causas al adelantar que las reservas de agua alcanzarían en algunas regiones máximo hasta diciembre si es que no llegan las lluvias o se retrasan.
A esto se tiene que añadir la pérdida de los glaciares en 50 por ciento y el aumento de evaporación en un 60 por ciento. Además, advierten sobre la situación del lago Titicaca.
“Estamos iniciando un momento de más severidad en el cambio climático que se expresa en un aumento de los focos de calor y además riesgo de incendios, un escenario parecido a 2016, donde también el fenómeno del Niño elevó las temperaturas y nos puso en aprietos en la región andina, causando un desabastecimiento de agua en las regiones de La Paz, Oruro, Potosí, Sucre, Tarija, Cochabamba. Este año podría volver a repetirse a partir de la coincidencia de varios factores”, explicó Marcos Nordgren, técnico de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático (Pbfcc).
Señaló que el fenómeno climático impacta con mayor severidad a la región andina, debido a que “hay un bloqueo de la circulación de la humedad de la Amazonía hacia la zona Andina, entonces lloverá tarde y poco, en el altiplano, los valles interandinos, el Chaco y probablemente la Chiquitanía”.
La coordinadora de Pro Pacha, Azul Tarifa, señaló que Bolivia pasa por una situación compleja frente al cambio climático que afecta de manera directa a las reservas hídricas.
“Bolivia está pasando por un momento bastante crítico, al menos en La Paz, si no llueve en lo que resta del año va a tener una sequía inminente como lo acontecido en 2016”, sostuvo.
Cambios radicales
La crisis climática tiene efectos muy concretos en el altiplano, como en atraso en el inicio de la temporada de lluvias y una finalización temprana de las mismas.
“Las lluvias son más intensas, pero no pueden ser aprovechadas con suficiente tiempo para el desarrollo de la agricultura, además que estas precipitaciones no se mantienen en forma de hielo y nieve en los glaciares, es decir, el agua está escapando muy rápidamente del sistema y de la cuenca altiplánica, lo que está llevando a la sequía”, refiere Nordgren.
Reservas por persona
El especialista en medioambiente sumó a la crisis hídrica que podría darse la situación que enfrentan los bolivianos en reservas de agua por persona, al sostener que son las más bajas de la región.
“Bolivia tiene las reservas hídricas más pequeñas en relación a su población, Bolivia tiene alrededor, según datos oficiales, de 80 metros cúbicos (m3) de agua como reserva hídrica por persona, mientras que Perú tiene más de 170 m3 de reserva hídrica, esto quiere decir en represas en distintos tipos de reservorios, Chile tiene más de 700 m3 por persona y en otros países de la región oscilan entre 300 m3. Esto significa que nuestro nivel de vulnerabilidad es mayor, en 2016 ya lo ha demostrado”, sostuvo.
El Niño es un patrón climático natural que tiene consecuencias planetarias.
“Este fenómeno, combinado con el cambio climático ocasionado por el hombre, tiene impactos severos. En nuestro caso (Bolivia), El Niño ha significado reducción de precipitación, mayores temperaturas, condiciones más secas en el Altiplano y en la Amazonía”, dijo Nordgren.
El Instituto de Hidráulica e Hidrología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), mediante investigación, sostiene que hay una alta probabilidad de crisis hídrica debido al Niño.
“Es una nueva variable que debemos considerarla. Y ahora tenemos que avizorar no solamente el abastecimiento de agua para la gestión 2023, sino también para 2024”, indicó en su momento el responsable de esa unidad académica, Edson Ramírez.
Alerta por el Titicaca
Según datos, el lago Titicaca habría perdido casi 2 metros de altura a causa de la falta de lluvias. Esta situación ha amenazado la cosecha de algunos productos, además de la crianza de peces.
La pérdida del nivel del lago también significa la pérdida de extensión, es decir que la costa se amplió para dejar terreno resquebrajado, sectores con lodo, tal como refieren miembros de Pro Pacha.
“El lago Titicaca ha perdido kilómetros no solamente ha perdido centímetros en lo alto sino también a lo ancho. Hemos podido ver como varias especies del país se van perdiendo, en general la biodiversidad”, indicó Tarifa.
Manifestó que, durante la visita, se recurrió a la aplicación Google Maps, herramienta que al ser consultada su ubicación daba cuenta “que estaban dentro del lago”, “pero nosotros en realidad estábamos pisando tierra, son varios kilómetros que se han perdido a lo largo, no solamente en profundidad”.
Mano del hombre
De acuerdo con los investigadores, la contaminación del lago es uno de los aspectos, además del cambio climático, que afecta también al estado del Titicaca.
“La contaminación del lago Titicaca, el Desaguadero, la descarga de miles de desechos domésticos, industriales y mineros está presionando aún más a los ecosistemas que son parte vital para mantenerse saludables. Estos sistemas hídricos forman un conjunto de actividades y lamentablemente en vez de resolverlas la estamos profundizando más”, concluyó Nordgren de la Pbfcc.
20 comunidades aledañas
al lago Titicaca están afectadas por la baja del nivel del agua, en sus cultivos de papa, haba y otras cosechas.
Acceso al recurso hídrico en el mundo
Un informe del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) refiere que una cuarta parte de la población mundial vive en regiones con estrés hídrico extremadamente alto: con crisis de agua “alguna vez impensables” que se vuelven comunes.
Catar está clasificado como el país con mayor escasez de agua del mundo, seguido de Israel y Líbano, Irán y Jordania.
Deforestación, un problema serio
Análisis de imágenes satelitales muestran que Bolivia pasó de tener 63 millones de hectáreas de bosque en 1985 a 55 millones de hectáreas en 2022. En los dos últimos años, el país perdió casi 800 mil hectáreas de bosques.
La Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) en Bolivia, indica que el país perdió 7.9 millones de hectáreas de bosque durante los 37 años de análisis.