Los acuíferos no son interminables, pueden contaminarse o desaparecer
La crisis hídrica, las temperaturas extremas y la sequía, efectos del cambio climático, evidencian la urgencia de la protección de los acuíferos en las áreas de reserva porque se trata de recursos no renovables, coinciden expertos.
En esta línea, las autoridades cruceñas demandan la necesidad de preservar principales zonas de recarga hídrica como el Parque Nacional Amboró, la Unidad de Conservación del Patrimonio Natural Guendá-Urubó, el Monumento Natural Espejillos y todas sus áreas de amortiguamiento porque son fundamentales para dotar de agua a su población; las mismas que son amenazadas por el trazo de una carretera.
La presidenta del Colegio de Biólogos de Cochabamba, Patricia Villarpando Vargas, menciona que zonas de recarga hídrica deben ser custodiadas de la expansión urbana y todo lo que conlleva y de la deforestación para garantizar la infiltración del agua; caso contrario, se pierde el caudal.
La bióloga recordó la existencia de venas subterráneas que deben recargarse en periodos de humedad y lluvia; sin embargo, esto no es posible si hay cemento o urbanizaciones.
Precisó que las áreas de recarga hídrica son fábricas naturales del agua en condiciones óptimas. En áreas con amplia cobertura vegetal y arbórea, cumplen la función natural de captar, infiltrar, almacenar y distribuir el agua de la lluvia alimentando superficial y subterráneamente las diferentes fuentes de agua: lagos, lagunas, vertientes, ríos y pozos.
Mencionó el caso del Parque Nacional Tunari (PNT), la zona de mayor recarga hídrica de Cochabamba, pero a la vez amenazada por la expansión de la mancha urbana, pese a leyes que prohíben asentamientos humanos sobre la cota 2.750.
Deforestación
Actualmente, estos sitios que son clave para la disponibilidad de agua, se encuentran descuidados, deforestados, incendiados, degradados y erosionados ocasionando que la función de recarga hídrica sea cada vez menor en términos de volumen y también en calidad por la contaminación señalada.
La falta de regulación del uso de vertientes naturales y la perforación indiscriminada de pozos es otro factor que atenta la sostenibilidad de los recursos hídricos. “Se han mermado los acuíferos por la falta de regulación”, menciona Villarpando. Por lo tanto, menciona la urgencia de contar con estudios locales y regionales sobre las reservas acuíferas existentes.
Sobre el tema, el experto en glaciología y docente de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) Edson Ramírez explica que los acuíferos también son fuentes de agua. “Pero no son fuentes ilimitadas y dependen de su tiempo de recarga”, asegura.
El experto añade la importancia de evitar la contaminación de los acuíferos por actividad propia del urbanismo o de la industria.
Los recursos hídricos están bajo presión, porque corren el riesgo de ser sobreexplotados. Esto sucede comúnmente con los acuíferos, cuando se extrae agua por encima de su nivel de recarga.
Advirtió que no existen muchos estudios acerca de los acuíferos existentes en Bolivia, pero de acuerdo con el estudio realizado por la Misión de Asistencia Técnica para el Desarrollo de Aguas Subterráneas en Bolivia, a nivel nacional hay tres cuencas principales.
La cuenca más grande, cubriendo el 66 por ciento de la superficie total del país, está en el parte norteña del país donde las vertientes superficiales forman parte de la cuenca del Amazonas o Norte.
La cuenca del Plata o sur drena hacia el río Plata. Esta cuenca cubre 21 por ciento de la superficie del país. El Altiplano de Bolivia y la Cordillera Occidente forman la Cuenca Lacustre o central, cubriendo el 13 por ciento de la superficie total del país.
Los parques Amboró, Tunari, Sama y Cotapata brindan funciones ambientales al eje central y sur que, por su cercanía y provisión de agua, sostienen cerca del 50 por ciento del sector productivo del país, señala un estudio de PacsBio, el programa de conservación sostenible de biodiversidad que realizan el Servicio de Áreas Protegidas (Sernap) y la Unión Europea.
Las aguas subterráneas suministran sólo el 5 por ciento de agua para el riego a nivel nacional, pero el 100 por ciento de la demanda de agua potable en ciudades importantes como Santa Cruz y Trinidad, y en bastantes municipios más pequeños.