A 4 años de la crisis de 2019, las heridas no sanan y la polarización continúa
A pesar del tiempo transcurrido, la sombra de la crisis política de 2019 sigue presente en Bolivia. Las heridas abiertas por los enfrentamientos y la transición conflictuosa de poder han dejado preguntas sin respuesta y divisiones que persisten en la sociedad boliviana, señalaron analistas políticos.
A pesar de contar con un nuevo presidente en funciones desde hace tres años, la brecha entre oficialistas y opositores parece inamovible. “Si bien hubo la oportunidad de calmar al pueblo con el gobierno de Luis Arce, la política de persecución a la oposición solo logró avivar la polarización preexistente”, afirmó la analista Marité Zegada.
¿Golpe o fraude?
La polarización que marcó al país tras la crisis de 2019 experimentó cierta atenuación, especialmente por la pandemia de Covid-19, cuando el país y el mundo entero se centraron en sobrevivir a las crisis sanitarias y económicas.
Zegada aconseja trascender esas ideas que enfrentaron al país durante 21 días. Estas no deberían haberse comparado directamente, ya que son ideológicamente excluyentes, dijo. “En los sondeos recientes, la gente muestra poco interés en si fue un golpe de estado o un fraude; ahora se preocupa más por la crisis económica y la seguridad ciudadana”, señaló Zegada.
La suceción de Áñez
Para Zegada, Áñez en 2019 asume su cargo constitucionalmente, para llenar el vacío que deja Evo Morales y organizar nuevas elecciones. Sin embargo este proceso se vio entorpecido debido a su posterior postulación a las elecciones, lo que hizo que Bolivia se cuestionara si había ocupado el cargo de manera constitucional o velando sus intereses personales.
La analista sostuvo que, pese al tiempo transcurrido, la polarización política persiste en el país, aunque el enfrentamiento entre opositores y oficialistas en este último tiempo se vio aplacado por la división interna del MAS.
“La polarización política aun sigue vigente porque permanentemente desde el gobierno se sigue calificando a la oposición de fascistas y golpistas, entonces se reaviva esta narrativa de confrontación partidaria, aunque con la división del MAS este escenario ha cambiado drásticamente. Una señal muy clara pasó en la elección de Andrónico (Rodríguez en la presidencia del Senado) en estos últimos días, donde una fracción del MAS se ha aliado con los opositores”, dijo.
Fin del “mito Evo”
El analista político Rolando Tellería afirmó que a cuatro años de la renuncia de Evo Morales y su “vacío de poder”, provocado por la renuncia en cadena de la línea de sucesión, se pueden apreciar con mayor nitidez algunas derivas de este hito político histórico.
“Debemos partir primero de que la crisis del 2019 es la prolongación, en las calles, del 21F. Es el rechazo a la arbitrariedad de Morales para quedarse con el poder indefinidamente. Visto las cosas así, el rechazo no fue tanto al MAS como partido de gobierno. Fue, fundamentalmente, a Evo Morales. Quien diría, hoy, ese rechazo también es intenso en el interior de su partido”, indicó.
Para el analista la revuelta en las calles del 2019 lograron su objetivo: el alejamiento definitivo de Evo Morales del poder, auqnue luego el MAS gana las elecciones de 2020, esta vez con Luis Arce que acaba con el “mito Evo” y aquella concepción de que “Evo es el MAS”.
Hay otras derivas también importantes, según Tellería, como el papel de la oposición y el “relato” del golpe de Estado que se ha “desmoronado” y que podría quedar enterrado si la justicia, de modo serio y responsable, indaga el supuesto“vacío de poder”.
Desde el MAS afirman que en 2019 hubo golpe
Susana Rivero, exdiputada del MAS y una de las actoras políticas de la crisis de 2019 como vicepresidenta de la Cámara Baja, afirmó que el punto crucial de la crisis de 2019 es la sucesión “incosntitucional” de Jeanine Áñez.
“Hubo movilización, eso no está en duda, lo que está en discusión es cómo se encauzó la sucesión de Jeanine Áñez”, dijo l la exlegisladora al portal DTV.
Afirmó que este punto se puso en debate durante el proceso por resoluciones contrarias por el que Áñez fue sentenciada a 10 años de cárcel.
Salvatierra, que presentó un libro titulado “Golpe 2” en el que presenta argumentos jurídicos y hechos que prueban que hubo una sucesión ilegal planificada por grupos de poder que ejercieron presión para que no haya una sucesión constitucional a alguna de las cabezas del Senado o Diputados que pertenecían al MAS. Para Rivero, no hubo vacío de poder porque estaban en plena vigencia la presidenta del Senado (Adriana Salvatierra) y el jefe de Diputados (Víctor Borda) ambos del MAS, y ella misma como vicepresidente de la Cámara Baja, pero no pudieron asumir por la violenta persecución de la que fueron objetos.
La exlegisladora dijo que estos temas no pueden olvidarse y que la justicia debe encontrar a todos los responsables de estos delitos.
Dijo que una cosa es la protesta lagítima en als calles, pero otra es la toma del poder con ayuda de policías y militares.
No se refirió a la actual crisis del MAS.