Lucha A sus 84 años, Carvajal aguantó 50 días de vigilia
María Amparo Carvajal Baños nació en España y lleva más de 50 años en la defensa de derechos humanos en Bolivia. Sin embargo, a sus 84 años tuvo que asumir una medida extrema para defender las instalaciones de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB) de una directiva paralela dirigida por afines del Movimiento Al Socialismo (MAS).
En junio de este año un grupo de personas dirigida por Edgar Salazar tomó las oficinas de la institución en La Paz y después de varios intentos, Carvajal llegó hasta la terraza con la ayuda de una escalera e instaló una vigilia que duró 50 días.
El 22 de julio, la activista abandonó la medida y salió de la puerta principal en horas de la noche, acompañada del cónsul de España, Guillermo Gil y la gestión de la ministra de la Presidencia, Marianela Prada. De acuerdo a los reportes, el diplomático junto a la defensa de Carvajal realizaron gestiones para llegar un acuerdo para recuperar los predios y fue por eso que abandonó la vigilia.
“Esta vigilia para mí ha sido más dolorosa como injusta como que además no tenía sentido que ese edificio que había sido donado por ley, que se había mantenido durante toda la pandemia con intereses económicos como la salida del garaje, pues, a la pregunta de ustedes: Cómo estoy de salud, no hay contestación. La salud más importante más importante que la fisiológica es la s alud de la tensión, de la injusticia y de este bloqueo que tan injustamente protegido de estos avasalladores”, dijo a Los Tiempos en agosto pasado.
Pese al compromiso, en agosto Amparo Carvajal envió una carta dirigida al presidente Luis Arce pidiendo el cumplimiento a lo acordado en referencia a Salazar. En ese tiempo, denunció que desde que dejó la vigilia no ha podido retornar a las oficinas de Derechos Humanos.
Hasta el viernes 8 de diciembre, ella aún no pudo ingresar a las instalaciones de la APDHB y atiende a la población a plena vía pública.
Trayectoria y ataques
Carvajal llegó a Bolivia el 1 de noviembre de 1971, siendo mercedaria de Bérritz, y desde ese periodo se encuentra en el país. En 1980 dejó la congregación. El año 1976 fue una de las cofundadoras de la Apdhb, que reemplazó a la Comisión Episcopal de Justicia y Paz, dependiente de la Iglesia católica.
Carvajal renunció en 1980 a su orden religiosa de las Mercedarias de Bérriz y eligió quedarse en Bolivia para continuar con la defensa de los derechos humanos.
Al hacer una retrospectiva, se evidencia que el ex vicepresidente Álvaro García Linera recibió el apoyo de Carvajal durante su reclusión en la cárcel de San Pedro y el penal de máxima seguridad Chonchocoro por su vinculación del Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK), por los presuntos ilícitos de insurrección y terrorismo.
Sin embargo, en julio de 2016 acusó a Carvajal de defender a “los gamonales, por los criminales y por los genocidas”.
“Lo que puedo decir es que yo he conocido en tiempos muy duros al (ex) Vicepresidente y a su compañera Raquel (Gutiérrez), su historia. Posteriormente, en diversas reuniones en el Ministerio de la Presidencia (García Linera) bajaba a besarme y decía que lo he defendido también cuando le acusaron que era terrorista. Y me apena si él ha dicho eso”, comentó Carvajal al ser consultada sobre los dichos de la exautoridad.
Carvajal a lo largo de su trayectoria fue víctima de ataques constantes políticos y del Gobierno de turno. Uno de los casos sucedió en septiembre de 2021, a través de dos videos que circularon en redes sociales, integrantes de un grupo denominado “Willa Lluch’us” amenazaron con quemar las instalaciones de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), además de la casa de su presidenta.
“Los compañeros de ‘Willa lluch’us’ nos estamos preparando para quemar la casa de Amparo Carvajal, porque ella está defendiendo a neoliberales, ella nunca ha defendido al pueblo alteño, al pueblo boliviano, por esa razón nos estamos pronunciando para ir a quemar su casa y nos estamos organizando a nivel nacional y departamental ”, indicaba un hombre con gorro y barbijo.
“Me dicen si tengo miedo, bueno el miedo es un derecho a tenerlo, pero la APDHB no contesta nada (…). La Asamblea tiene una historia de 46 años y atacarla es atacar a todos nosotros y los que creen en ella”, indicó Carvajal en ese tiempo.