Unas 700 pandillas operan en Bolivia y tienen nexos con microtráfico de drogas
La proliferación de las pandillas vinculadas al microtráfico de drogas y hechos delictivos preocupa a la población. En Bolivia hay al menos 700 grupos que causan terror en la ciudadanía, según expertos y datos oficiales de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc).
La experta en el área Tatiana Herrera indica que la problemática de las pandillas en el país y de la venta y consumo de sustancias controladas data de hace dos décadas.
“Estos jóvenes sienten que no pertenecen a un sitio, menos se identifican con un núcleo familiar, un referente, y pierden la posibilidad de ser normados para tener una vida con valores y desarrollar la empatía. Terminan en la autodestrucción que los lleva al consumo del alcohol y drogas, y caen en redes de proxenetismo”, explica Herrera.
Según la experta, en la región metropolitana del departamento (Colcapirhua, Vinto, Sipe Sipe, Quillacollo y Sacaba, además de Cercado), hay una infestación alta de pandillas con nexos de microtráfico de drogas.
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) detectó más de 700 pandillas en el país. La mayoría, en la ciudad de La Paz, El Alto, Santa Cruz, Oruro y Cochabamba, refiere la psicóloga.
Falta de control
Para el dirigente de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) Pedro Luna, “los pandilleros son delincuentes potenciales”, que tienen que ser corregidos para evitar que se conviertan en criminales.
“Los factores de estos grupos son la desintegración de las familias, el abandono y las redes sociales. Por eso se debe prevenir en los barrios y en los colegios”, precisa.
El representante de la Fejuve indica que los padres deben saber con quiénes se relacionan sus hijos y quiénes son sus amigos. “Muchas veces nosotros hicimos seguimiento de casos de menores involucrados en pandillas y se pudo observar que no hay control”, describe.
Prevención
Ante esta situación, las autoridades policiales tomaron la iniciativa de hacer capacitaciones, charlas y campañas preventivas en escuelas y juntas vecinales para fortalecer los valores que deben tener los adolescentes.
El director de la Estación Policial Integral (EPI) Norte, Alejandro Basto, informa que identificaron grupos vandálicos que interceptan a los adolescentes para la venta y consumo de sustancias, pero que fueron arrestados.
“Hacemos prevención de trata y tráfico de personas, microtráfico y bullying, y capacitamos en proyecto de vida para evitar que nuestros adolescentes caigan en estos grupos de pandillas”, relata.
Basto subraya que los padres son capacitados para identificar a estos grupos delincuenciales y para denunciarlos. “La Policía investiga y presiona mostrando presencia de la institución para espantarlos. Si es necesario arrestarlos, se lo hace”, añade el jefe policial.
Caso María Isabel Peralta
Uno de los casos que muestra la violencia y temor que infunden las pandillas es de María Isabel Peralta (14). La adolescente fue violada, torturada y decapitada, hallándose embarazada, el 23 de julio del 2018, en el río Chulla del municipio de Vinto, por la pandilla “Los Chulleños”.
La víctima era pareja del líder de esta pandilla. Ella, al al tener más protección de otro pandillero, decidió irse al otro grupo, lo que provocó que su expareja realizara un ritual con ella para demostrar su poder.