A una semana de la asonada, militares se contradicen, acusan y denuncian
A una semana dela asonada en la plaza Murillo, los militares involucrados empiezan a contradecirse, denunciarse entre ellos y a emitir declaraciones contradictorias, unos negando que fue un golpe y otros confirmándolo. En tanto, el Gobierno ratifica que fue un “intento de Golpe de Estado” y busca a más sospechosos.
El general del servicio pasivo, Tomás Peña y Lillo, autodeclarado en la clandestinidad, buscado por el Gobierno acusado de participar en la asonada militar del 26 de junio declaró a radio Fides que la acción de Zúñiga parecía un "sainete" y una "tragicomedia", con lo que restó crédito a que se trate de un golpe de Estado.
"Para mí, el objetivo era tomar la plaza Murillo, pero exactamente no sé para qué. No creo que haya habido un intento de golpe de estado", declaró Peña y Lillo.
Sin embargo, según declaraciones de Marcelo Zegarra, excomandante general de la Fuerza Aérea Boliviana y también aprehendido, Peña y Lillo iba a ser nombrado ministro de Defensa tras la toma suscitada el pasado 26 de junio en la plaza Murillo, según declaraciones del militar a las que tuvo acceso Urgente.bo.
Además, Zegarra mencionó que tuvo una conversación con Peña y Lillo en puertas del despacho de Zúñiga en la que reitera la toma militar de manera "sorpresiva".
Peña y Lillo dijo a radio Fides "estaban muy ocupados y, en cuanto nos reunimos, él (Zúñiga) nos dijo una cosa que no olvido. “Hemos decidido ir a la plaza Murillo para defender a la democracia y defender a las instituciones”. Exactamente nosotros no sabíamos, (Zúñiga) no nos dijo, solamente lo miramos y preguntamos, bueno, y ¿En qué podemos servirle?
Otro elemento dado por Peña y Lillo es que Zúñiga generó el movimiento de tropas hacia la plaza Murillo con el fin de defender su cargo, porque la versión de su relevo circuló extensamente desde el lunes 24 de junio, luego de las palabras que dio Zúñiga sobre el probable retorno de Evo Morales como candidato a la Presidencia del Estado.
Pese a las declaraciones de Zegarra sobre las intenciones de Zúñiga, su propio abogado, Omar Durán, declaró el pasado viernes que su defendido fue llevado a la plaza Murillo “con engaños”.
Según Durán, Zúñiga le dijo a su cliente que van a reivindicar y “poner en su lugar” al presidente Arce.
Para el Gobierno, el general Peña y Lillo habría participado en la planeación de la asonada militar y hasta figuraba en el presunto gabinete del general Zúñiga como Ministro de Defensa.
Peña y Lillo negó esa versión. Explicó a Erbol que ahora ha decidido declararse en la clandestinidad, para no ser objeto de un "show", donde los militares fueron presentados de forma indigna.
Denuncia contra Zúñiga
El martes, dos coroneles y dos capitanes involucrados en la asonada militar del 26 de junio en La Paz denunciaron al excomandante del Ejército por obligarlos a participar de los movimientos irregulares en la plaza Murillo.
“Nos ordena acompañarlo, como equipo de seguridad, no nos encontrábamos armados, para una actividad que él tenía, no refiriéndonos con exactitud cuál era la misma y dejándonos en incertidumbre", señala la denuncia presentada el 28 de junio ante la Fiscalía.
Señalan que no conocían los "hechos punibles que pretendía perpetrar Zúñiga. Sin embargo, de manera clara se puede establecer que nosotros simplemente obedecimos una orden superior, para estar presentes en la plaza Murillo en calidad de equipo de seguridad", agregan.
Investigación
En tanto, el Gobierno ratifica que se trata de un golpe de Estado fallido y continúa con las detenciones e investigación.
Ayer el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, dijo que cinco francotiradores de las Fuerzas Especiales (F10) que llegaron a La Paz el 26 de junio, tenían el objetivo de consolidar el golpe de Estado.
El Viceministro Ríos explicó en conferencia de prensa que "el comandante del F10 (Vladimir Lupa) sería el encargado de movilizar a 19 personas desde Cochabamba hacia el departamento de La Paz. Sería un grupo de francotiradores justamente para perpetrar y consolidar lo que era un golpe de Estado militar; sin embargo, han llegado sólo cinco a la ciudad de La Paz", explicó.