Una mujer peregrina para recuperar a su pequeña hija
Mirian Peñafiel Calizaya
Nataly (35) es una madre que hace más de un año no ve a su hija. La menor de 9 años se da modos para llamarla a escondidas, le dice que la necesita, que quiere vivir con ella; pero su padre, con el apoyo de la justicia, lo impide.
Hace aproximadamente dos años, Nataly, con su hija en brazos, decidió huir de la casa en Colcapirhua donde vivía con Fredy Plácido M. F., médico de profesión, porque él la agredía constantemente, incluso delante la niña.
La violencia llegó al nivel de arrancarle un pedazo de la oreja de una mordida. Un día, mientras ambas vivían juntas, el abuelo paterno de la niña pidió visitarla y sacarla a pasear, pero nunca más volvió y, por el contrario, fue denunciada por abandono de hogar.
En 2020, la mujer presentó una denuncia contra su expareja porque, pese a la separación, seguía recibiendo agresiones no sólo de él sino también de la actual pareja del hombre, pero la fiscal de ese tiempo, Faridy Arnez, desestimó la denuncia señalando que no correspondía una acción penal. La condición humilde de Nataly, que se dedica a lavar ropa, y la falta de un abogado fueron algunas razones para que ella perdiera la custodia de su niña.
Pero no sólo eso, pues el hombre la denunció y pidió ante un juez pensiones y, como la mujer no cuenta con recursos económicos, fue motivo para amenazarla con meterla a la cárcel si seguía insistiendo con tener a su hija.
Roberto Orellana, el abogado de la víctima, dijo que Nataly “puede ser aprehendida porque debe cuatro a cinco meses de asistencia familiar y su expareja la amenazó con meterla a la cárcel por las pensiones que se adeudó”.
A la fecha, Nataly no sabe dónde está su hija, sólo recibe llamadas de ella suplicándole estar con ella, eso y el amor de madre la impulsan a seguir luchando por su niña. “No sé dónde está mi hija, ella me llama de ocultas y me pide que vaya por ella, quiere vivir conmigo, pero su padre no le deja acercarse a mí. Más bien le dice que su nueva pareja es su mamá y yo ya no”, relata Nataly entre lágrimas.