Los narcos se encomiendan a los santos para proteger su “negocio”
La Policía antidroga esta semana halló seis fábricas de cristalización de clorhidrato de cocaína en Chapare, pero algo que llamó la atención fue la presencia de altar que había sido instalado por los narcos para san Jorge. La imagen del santo tenía a su alrededor como ofrendas velas encendidas, cigarros, agua y trago.
No es el único santo al que los capos del narco se encomiendan; existen al menos otros dos en el trópico de Cochabamba que se identificaron en los últimos años. A un kilómetro del municipio de Chimoré, en plena carretera, se encuentra un altar para san Jailón que no pasa desapercibido por su tamaño, además se ven flores, velas, latas de cerveza, residuos de coca masticada y en algunos casos se encontró dinero que fue dejado como una forma de “agradecimiento”.
En algunos laboratorios que fueron destruidos por los uniformados de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar) se halló la imagen de Santiago de Bombori.
“Se encontró un altar donde los narcotraficantes rendían culto a san Jorge, un santo que, según creencias esotéricas, brinda protección a asociaciones delictivas”, indica un reporte del Ministerio de Gobierno tras el operativo de la semana pasada.
Los expertos en criminología señalan que en el mundo del narcotráfico sus integrantes son extremadamente creyentes a sus santos.
“Los que están en el negocio (narcotráfico), acá, como en México y Colombia, comparten esa misma característica de tener un santo y rezarle, pedirle para que les vaya bien en su ‘negocio’, como si eso funciona en varios países, una figura ejemplar, entonces ellos siguen también las mismas tradiciones, creencias, agarrando la misma fuerza acá”, explica la criminóloga Gabriela Reyes.
Remarcó que los narcos cuando instalan su campamento para la actividad ilícita también establecen un lugar para construir una capilla para su santo y hacen lo mismo a medida que se mueven de lugar en lugar con el fin de evitar que sean intervenidos por la Policía.
Rituales
Tienen un día específico para adorar a san Jailón, san Jorge o Santiago de Bombori, cumplen un ritual antes de hacer un envío, encomiendan la carga a su santo para que no sea hallada en algún control.
“En el marco de las investigaciones de inteligencia que realizan los efectivos antinarcóticos a las personas vinculadas al narcotráfico, ir a estos altares de santos que es donde se encomiendan los narcotraficantes, son puntos importantes de investigación justamente para recopilar información”, expresó Reyes.
Una persona que trabajó varios años en investigaciones de narcotráfico en Bolivia y prefiere guardad su identidad, señala que ahora los narcos decidieron instalar sus altares en el lugar de “trabajo” para evitar que sean capturados por la Policía en los santuarios que están instalados en las carreteras.
“Cuando la Policía hacía operativos y no daban con los cabecillas de las organizaciones, iban a la carretera de Chimoré, a Villa Tunari y Entre Ríos donde siempre los narcos se dirigían, era cuestión de minutos para atraparlos”, dijo.
El experto indicó que los narcos pedían a sus santos no ser pillados por los efectivos con una oración: “San Jailón, que los perros no huelan y que salga mal su operación”.
San Jailón
Cientos de personas con vehículos lujosos llegan hasta Chimoré en el trópico de Cochabamba, donde se encuentra el altar de San Jailón. A partir de las 14:00 de cada lunes y viernes se observa que los creyentes le ponen velas y flores, además de entregarle obsequios como señal de agradecimiento por los favores cumplidos.
El altar fue construido alrededor del nicho de san Jailón. En el lugar se observa un cristo con los brazos abiertos, pero lo que llama la atención es que fue decapitado y mutilado de las manos. Además, alrededor existen macetas con plantas y plaquetas con dedicaciones y frases agradecimientos.