IAAF decide la suerte del atletismo ruso en medio de presiones
La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) deberá pronunciarse mañana sobre la reintegración o no de la Federación Rusa (Rusaf), suspendida desde hace tres años debido a un sonoro escándalo de dopaje.
Dos meses y medio después del levantamiento de sanciones por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) a la Agencia Rusa (Rusada), el atletismo mundial se encuentra bajo presión.
Hasta ocho veces renovó la IAAF la suspensión de la Rusaf desde noviembre de 2015, al comienzo de las revelaciones sobre el tentacular sistema de dopaje institucional en el país.
El Consejo de la IAAF se reúne hoy y mañana en Mónaco con la obligación de tomar una decisión. Pero el contexto ha cambiado desde el 20 de septiembre, cuando la AMA decidió reintegrar “bajo estrictas condiciones” a la Rusada, a su vez suspendida desde noviembre de 2015.
Un retorno del atletismo ruso al seno del atletismo mundial tendría consecuencias de calado, y representaría un espaldarazo más que simbólico para un país cuya bandera no aparece en competición internacional de atletismo desde Pekín en 2015.
“Hay que ir hasta el final de las cosas. Se establecieron unas condiciones, si esas condiciones no son cumplidas hay que mantener la suspensión a Rusia”, estima el francés Bernard Amsalem, miembro del Consejo de la IAAF junto a otros 26 votantes, quien cree que la tendencia se inclina hacia el mantenimiento de la suspensión.
La AMA, criticada
Las condiciones para ese regreso son precisamente el eje de la controversia en el proceso de reintegración. La IAAF y su “Task Force” encargada de la evaluación de los progresos rusos en materia de lucha antidopaje establecieron tres requisitos: el fin de la suspensión de la Rusada (ya cumplido), el reconocimiento por parte de las autoridades rusas del sistema de dopaje institucional y el acceso a los datos del laboratorio de Moscú.
En septiembre, la AMA estimó que dos cartas del ministro ruso de Deportes Pavel Kolobkov contenían un reconocimiento implícito. Sobre el tercer punto, la AMA dio a Rusia hasta el 31 de diciembre para dar acceso a los datos de su laboratorio para su reanálisis.
Vivamente criticada, sobre todo a nivel interno por su vicepresidenta, la noruega Linda Helleland, por haber tomado una decisión “política”, la AMA puso de paso a la IAAF en una posición incómoda.
“La IAAF tiene sus propios criterios de reintegración”, precisó el presidente de la instancia, el británico Sebastian Coe, para tratar de apagar el incendio.
Pero la Rusaf aumentó la presión al recurrir su suspensión ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) a finales de septiembre, al estimar que los criterios establecidos en la hoja de ruta de la IAAF habían sido cumplidos.
CONSEJO SERÁ MENOS DÓCIL CON RUSIA
En Mónaco, el noruego Rune Andersen, que dirige la “Task Force”, presentará sus recomendaciones al Consejo. El Consejo, que habitualmente sigue las indicaciones de la “Task Force”, podría mostrarse menos dócil si estas son favorables a Rusia.
“¿Qué se haría si la AMA no llega a lograr los datos del laboratorio de aquí al 31 de diciembre?”, pregunta Amsalem, partidario de una posición estricta ante Rusia. “Sé de miembros del Consejo que, al igual que yo, no cederán”.