La 'Cristianodependencia' de Portugal
SAINT-ÉTIENNE |
Cristiano Ronaldo fue la imagen de la impotencia de Portugal para superar el muro islandés ayer en el empate 1-1 del debut en la Eurocopa: ocasiones falladas, gestos de rabia y demasiados nervios ante el correr de los minutos, demostrando que su Selección depende mucho de su inspiración.
"Han puesto un autobús delante de la portería", lamentaba después, ya duchado, antes de subir al ómnibus para abandonar el estadio Geoffroy-Guichard de Saint-Etienne.
Estaba tranquilo, sonriente, se paraba cordialmente a atender a los periodistas en la zona mixta del estadio e insistía en un mensaje de tranquilidad pese al primer resbalón en la Eurocopa.
"Otros candidatos al título también han tenido dificultades. España, Francia... Por eso sabíamos que Portugal también iba a tener dificultades, porque es el primer partido. Es normal, en estas competiciones. Lo más importante no es cómo empieza, sino cómo acaba", dijo.
Esa aparente tranquilidad ("No estamos preocupados", repetía) contrastaba con lo que se vio de él en el terreno de juego.
Marcado muy de cerca por los contundentes defensores islandeses, se enfadaba airadamente en cada falta recibía. Hasta se negaba a dar lo mano a los jugadores rivales cuando se la ofrecían para ponerse de pie, lo que entre los periodistas generó un cierto malestar al percibir falta de deportividad.
"Yo no he visto que faltara el respeto a nadie", defendió el seleccionador Fernando Santos cuando se le preguntó por ello en la conferencia de prensa posterior al partido.
Nani, con un tiro cruzado en el área a pase de André Gomes, fue el autor del gol portugués y luego fue elegido el mejor del partido.
Cristiano estuvo muy activo en ataque y tuvo varias ocasiones importantes.
La primera, en el minuto 23 con un remate de cabeza que se fue algo desviado y antes del descanso siguió teniendo ocasiones ante el arquero Hannes Halldorsson (40, 43).
Empezó la segunda parte igual, con un peligroso disparo cruzado (47) que se perdió fuera por poco.
Ya con 1-1, Cristiano siguió siendo uno de los jugadores más presentes sobre el campo, pero sin la inspiración de otras ocasiones.
Tuvo la victoria en su cabeza, en un remate en el 86, pero se topó con las manos de Halldorsson, su pesadilla de ayer. Entreabrió la boca, elevó la mirada y terminó bajando los hombros, decepcionado: no era su noche.
Breves vacaciones
¿Paga Portugal un exceso de 'Cristianodependencia'? ¿Las soluciones se terminan si su capitán y estrella no las genera?
En la preparación de las últimas semanas ante la Eurocopa, Portugal perdió un partido, ante Inglaterra (1-0) en Wembley, pero Cristiano no estaba en ese partido.
Acababa de ganar la Liga de Campeones con el Real Madrid y Portugal le dio unos días de vacaciones antes de incorporarse a la concentración. Él aprovechó para ir a relajarse al mar, a la isla de Ibiza.
Su primer partido después de la final de la Champions fue el 'ensayo general' del equipo antes de viajar a Francia, un amistoso ante Estonia que Portugal ganó 7-0, con un 'doblete' de CR7, más 7 que nunca.
Austria, el sábado en el Parque de los Príncipes, es el próximo desafío y allí Cristiano intentará volver a liderar al equipo.
En la pasada Eurocopa, en 2012, a Cristiano le costó encontrar la inspiración, quedándose sin marcar en los dos primeros partidos, lo que disparó las alarmas.
Pero entonces apareció en el tercer partido de su grupo para lograr dos tantos con los que ganar 2-1 a Holanda y clasificar a los lusos para los cuartos de final. Allí consiguió el gol que sirvió para derrotar a la República Checa en cuartos (1-0) y llegar a semifinales, donde España les cortó el paso en la tanda de penales.
Cristiano, autor de 58 goles con su selección, puede al menos consolarse con haber igualado el récord de Luis Figo de más partidos internacionales con Portugal, con 127.
Tendrá que esperar, eso sí, para convertirse en el primer jugador de la historia en marcar en cuatro Eurocopas diferentes. Siempre que el sueco Zlatan Ibrahimovic, que también aspira a la misma hazaña, no se le adelante.
