Paranaense, el “matagigantes” inesperado
Con una enorme capacidad de sufrimiento, Athletico Paranaense de Luiz Felipe Scolari se ha convertido en el “matagigantes” de esta Copa Libertadores y este sábado disputará la segunda final de su historia ante el todopoderoso Flamengo.
Al comienzo de la temporada nadie apostaba por el conjunto de Curitiba, pero su acierto en los momentos clave le ha llevado en volandas hasta la gran decisión de Guayaquil (Ecuador), donde se jugarán el título dos equipos brasileños por tercera vez seguida.
Sin hacer mucho ruido, la plantilla que dirige Scolari, perro viejo del fútbol suramericano con dos títulos de Libertadores en su palmarés (1995 y 1999) y dos finales (2000 y 2022), es hábil para caminar en el filo de la navaja mejor que ninguno equipo.
La mitad a mitad de curso del centrocampista Fernandinho, que volvió a casa después de nueve años en el Manchester City, ha sido clave para un elenco que destaca por una defensa rocosa y un ataque repleto de variantes, en el que sobresale el uruguayo David Terans y en el que empieza a despuntar el jovencísimo Vitor Roque, ya en la agenda de algunos clubes europeos.
Sin embargo, ese potencial se ha visto a cuentagotas en esta Libertadores, a la que Paranaense solo se clasificó tras proclamarse campeón de la Copa Sudamericana de 2021, pues en la Liga brasileña terminó cerca de la zona de descenso a segunda división.
El club tiene un recuerdo amargo
Athletico Paranaense, que en los últimos años ha destacado por su brillante gestión económica, volvía así a una final de la Libertadores 17 años después.
La anterior fue en 2005. Ese año se enfrentó también a otro equipo brasileño, el Sao Paulo, que disfrutó entonces de una de las mejores generaciones de su historia con figuras como el portero goleador Rogério Ceni, el defensa uruguayo Diego Lugano o los delanteros Amoroso y Luisao.
Aguantó en el partido de ida (1-1), pero salió esquilmado en la vuelta (4-0). Para el próximo sábado, la historia se repite.