Resurge: Mac Allister sale al rescate de Argentina
Entre los focos acaparados en el estadio 974 de Doha por Lionel Messi y Robert Lewandowski, los dos futbolistas más influyentes en las selecciones de Argentina y Polonia, con un leve desencuentro entre ambos que solucionaron después, surgió un secundario, Alexis Mac Allister, 23 años, futbolista del Brighton, con apenas diez partidos de recorrido como internacional, suplente en la primera jornada ante Arabia Saudí, para resolver la victoria indispensable de su equipo para ser primera de grupo.
Él ganó el partido, en combinación con el lateral del Atlético de Madrid Nahuel Molina, cuyo mérito en el gol en el primer minuto del segundo tiempo es sustancial, por su primer desmarque, por el segundo y por su pase definitivo, para el afortunado golpeo dentro del área de Mac Allister, que logró alojarlo donde no llegó ni Wojciah Czczesny ni quizá ningún portero con un fallido remate que se transformó en el mejor de todos por su trayectoria.
Mac Allister, surgido de la Academia de Argentinos Juniors y fichado en 2018 por el Brighton cuando tenía 20 años (lo cedió a ese club primero y luego a Boca Juniors, hasta su recorrido con el equipo británico ya consolidado en 2020-21), aligeró el peso que presionaba a Argentina con el cronómetro y la defensa absoluta de su adversario, que lo esperó y lo aguantó, incluido un penalti fallado por Messi, hasta el primer minuto del segundo tiempo.
Su gol recondujo todo lo que se había torcido en el primer choque con Arabia Saudí, con la derrota por 1-2, cuando Lionel Scaloni no contó ni un solo minuto con él en el banquillo durante todo el duelo disputado hace una semana en Lusail, pero comprendió que lo necesitaba al siguiente choque, en la victoria por 2-0 sobre México y en el triunfo de ayer frente a Polonia, el definitivo para ser primero... Y esquivar a Francia en octavos.
Mac Allister irrumpió en el duelo entre Messi y Lewandowski, sentenciado finalmente por Julián Álvarez (7’ST), que transformó el pase de Enzo Fernández en el definitivo 2-0 superada ya la hora del choque, con Polonia al borde de la eliminación, con México al acecho ya con su triunfo en el otro encuentro del grupo ante Arabia Saudí.
La última vez que Messi se enfrentó a Lewandowski fue uno de los golpes deportivos más duros para el delantero argentino, entonces en el Barcelona, con la estruendosa derrota que supuso aquel 2-8 con el que el Bayern Múnich y el goleador polaco apabullaron sin discusión a los azulgranas y al mejor jugador del mundo, que se tomó la revancha en el escenario más incomparable de todos, en un Mundial.
Capitanes, referencias, no hay quizá dos selecciones tan dependientes de una figura de forma tan visible como Argentina y Polonia.
Messi es el centro de todo en el equipo de Lionel Scaloni. Es delantero y centrocampista. Es un jugador que se mueve por donde quiere, que recoge la pelota como si fuera el organizador y la culmina como el definidor que es. Sobre él gira todo en la Albiceleste, ayer de azul, cada lance, cada ocasión, pero también cualquier esperanza, como el hombre al que agarrarse, por ejemplo, ante México, cuando deshizo el enredo argentino.
Nadie representa más el anhelo de volver a conquistar el Mundial (Argentina no lo gana desde 1986 con Diego Armando Maradona como líder) que Messi, que insiste una y otra vez, ya por el cuarto torneo. Nunca desiste. Tampoco lo hará en Catar 2022 hasta que no quede ninguna opción de lograr lo que tanto desea, de reafirmar con el dorado título planetario la Copa América que consiguió hace un año y medio, con tanto entusiasmo.
Lewandowski vive en otro hábitat con su selección, muy distinto con el que ha convivido en sus clubes. Es un delantero aislado, pero pese a ello fue uno de los mejores de Polonia.
La lesión de Di María es el dolor de cabeza en Argentina
El atacante Ángel Di María abandonó el terreno de juego dañado en el cuádriceps de la pierna derecha y no pudo completar el encuentro contra Polonia.
El jugador de Juventus fue sustituido por Leandro Paredes a la hora de juego aquejado de molestias en la pierna. “Di María sintió algo en el cuádriceps, se puso duro y preferimos cambiarlo. Es un jugador importante y preferimos no arriesgar y que no se hiciera daño”, indicó el seleccionador Lionel Scaloni.
Argentina está pendiente de la evolución de la molestia de su atacante, titular indiscutible para Scaloni, con poco tiempo de recuperación para el partido de octavos de final, el sábado próximo, contra Australia.