Ganó Francia y va a una esperada final
El llanto de un niño seguidor de la selección de Marruecos expresó la sensación de que el cuadro africano pudo haber conseguido otro resultado y no la derrota de 2-0 frente a la selección de Francia. Los jugadores y su entrenador, fieles a su sistema de juego 1-5-4-1, tuvieron a mal traer a la escuadra francesa incluso después del gol tempranero del puntero izquierdo galo Theo Hernández a los 5 minutos del primer lapso.
Ese sistema fue flexible y la presión que ejercieron de mitad de campo para arriba no le permitieron a la selección de Francia desarrollar su habitual juego de talento.
El primer lapso terminó con el 1-0. En la etapa complementaria el panorama no tuvo mayores variaciones. Sin embargo, la selección de Marruecos, pese a su dominio, se fue desgastando y dejó crecer a los franceses en confianza y mejor juego. Su estrella Kylian Mbappé fue obligado a dejar su posición habitual de puntero para centralizar su juego.
Ante esta situación el ingreso de Marcus Thuram por Olivier Giroud fue determinante porque dejó en mayor libertad a Antoine Griezmann, que se constituyó en un jugador de doble función en marca y apoyo.
El 1-0 no era prenda de garantía para el triunfo de los franceses porque la escuadra de Marruecos siguió presionando, llegando al área rival en masa, pero sin encontrar el jugador definidor. De todas formas, este panorama era inquietante para los franceses, por eso que el entrenador galo, Didier Deschamps, dispuso el ingreso del jugador Randal Kolo Muani a los 34’ del segundo lapso en reemplazo de Ousmane Dembélé y sólo transcurrieron 41 segundos para que anotara la segunda diana luego de un pase de Mbappé.
Fue un balde de agua fría para los africanos que perdieron cierto control del juego.
Argentina y Francia llegan a la final del domingo a las 11:00 (HB), con las mismas posibilidades de triunfo. Al margen del resultado la pregunta es ¿quién se erigirá en el mejor jugador del mundo? ¿Leonel Messi, de la selección de Argentina, o Kylian Mbappé, de Francia? Lo cierto es que la final encuentra a las dos mejores selecciones del Mundial con un pronóstico reservado.