Tristeza: Murió el Rey Pelé
La infausta noticia del fallecimiento del gran Pelé, a los 82 años víctima de un cáncer, conmovió las fibras más íntimas de los amantes del fútbol mundial, no sólo por su don de gente sino por la maestría en el manejo del balón, sus gambetas, sus saltos atléticos para cabecear… en fin, un dotado para jugar al fútbol.
Sólo tuvimos la oportunidad de observar en vivo y directo un encuentro de Pelé y fue un memorable 13 de enero de 1971, cuando el Círculo de Periodistas Deportivos de Cochabamba (CPDC) organizó un festival y la llegada del famoso Santos con todas sus estrellas enfrentando a la selección de Cochabamba. Ganó Santos 3-2 con un gol de Pelé.
El viejo estadio Félix Capriles, con las tribunas de preferencia y general, además de las curvas formadas por rampas, fueron testigos vivientes de las maravillas de juego que hacia Pelé.
Por entonces muy joven, a los 19 años, me tocó trabajar en el puesto número 2 al borde del terreno para el programa Ondas del Deporte y la Corporación Deportiva Boliviana (Codebol) con los relatos de Luis Alberto Arévalo Tineo y para la Radio Nacional. Fue una noche con mucha lluvia y con el estadio lleno de espectadores. Como estábamos al borde del campo de juego, escuchábamos todo lo que decían los jugadores del Santos y su entrenador.
En uno de los pasajes del partido, el defensor de la selección de Cochabamba Jaime Olivera, al disputar un balón con Pelé, golpeó con el codo el rostro de su rival. Luego de unos minutos, observamos que tenía el labio hinchado y el entrenador, para preservar su salud, le ordenó que abandonara el terreno de juego. Pelé se resistió y le dijo que no le importaba la hinchazón de su labio y continuó jugando para deleite de los espectadores.
También recuerdo que se originó un lanzamiento penal favorable al club Santos. Habitualmente, los ejecutaba, pero en esta ocasión le manifestó a su técnico que la responsabilidad le diera a otro. Esa noche tuvo una brillante actuación el golero José Issa y sus intervenciones llamaron la atención de Pelé.
No es habitual, pero tuvimos la ocasión de observar que ambos conversaban bastante en el partido, obviamente desconocemos de esas charlas. Antes del partido, a los periodistas se les permitía efectuar su trabajo en pleno vestuario. Esa misión me la encomendaron y, mientras el kinesiólogo trabajaba con los jugadores del club Santos, Pelé descansaba aparte en una camilla de masajes. Esos recuerdos acudieron a mi memoria luego de conocer el fallecimiento de Pelé.
Los amantes del fútbol no recordaremos con tristeza a Edson Arantes do Nascimento porque le dio alegría a nuestros corazones.