Brasil afronta su peor crisis deportiva y busca evitar sobresaltos en 2024
La selección de fútbol de Brasil inició este 2024 con una gran deuda deportiva: recuperar su fama de ser la más grande de Sudamérica, en medio de una crisis sin precedentes que no se veía desde hace seis lustros, además que amenaza con establecer marcas nada acordes a su historia.
Un tercer cambio de entrenador, una pobre campaña en el inicio de las eliminatorias al Mundial Canadá-Estados Unidos-México 2026 amenazan con, incluso, dejar a la Canarinha fuera de la cita internacional por vez primera en su historia.
Una crisis desde 2022
El viernes 9 de diciembre de 2022, Brasil aplazó el hexacampeonato mundial al perder en cuartos de final ante Croacia (penales 4-2), tras igualar 1-1 en los 120 minutos del encuentro del Mundial Catar 2022.
El entrenador Tité, que tres años antes gestó el título de la Copa América en casa y luego perdió 0-1 ante Argentina en la edición 2021, también jugada en Brasil, dejó el cargo por el fracaso del Scratch en 2022.
Aunque muchos fanáticos asocian el fracaso a la supuesta “maldición del gato”, tras el criticado desalojo de un felino de la sala de conferencias de prensa de Brasil, dos días antes de jugar contra Croacia, lo cierto es que la debacle brasileña no se limita a este hecho, sino a varios aspectos.
El primero comienza desde la cabeza: los conflictos en la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y la destitución del titular Ednaldo Rodrigues, el pasado mes de diciembre, causaron un terremoto en el gigante sudamericano.
Rodrigues fue electo en 2022, pero un tribunal de justicia deportiva de Río de Janeiro lo suspendió el 7 de diciembre de 2023, supuestamente por hechos irregulares en el comicio electoral.
FIFA estuvo cerca de intervenir y suspender a la CBF, pero el 4 de enero el dictamen fue revocado y Rodrigues restituido.
A raíz de estos conflictos, la CBF no logró hallar a un entrenador que conduzca por el buen camino a la Verdeamarelha.
La salida de Tité dejó un vacío que el interino Fernando Diniz (Fluminense) no logró llenar, pero ahora Dorival Júnior (Sao Paulo) emerge como el sustituto para poner “orden” en el seleccionado brasileño.
Un vano intento de contratar al italiano Carlo Ancelotti (Real Madrid) dejó a la CBF con la urgencia de tener un DT de la talla de su historia. El también italiano Mourino surgió como alternativa, pero parece ser una suerte de “sueños imposibles”.
Por ahora, Dorival Júnior dirigirá este año a Brasil, que tiene otro conflicto en camino: la renovación generacional.
Aún con Neymar (que se recupera de una lesión) y otros jugadores que queman sus últimos cartuchos, en Brasil urge hallar un conductor y un recambio para no relegarse en el camino.
De Pelé, Ronaldo, Ronalidnho, Rivaldo, Cafú y otras figuras de siempre, Brasil se caracterizó por tener generaciones de ensueño, aunque la actualidad y la crítica hacia los procesos van de la mano.
Como corolario a un momento complicado, la esperanza de que Neymar esté a plenitud para las fechas FIFA y la Copa América de este año, está totalmente desechada. El “10” de Brasil, operado el 17 de octubre de 2023 tras sufrir una rotura de ligamento cruzado y meniscos de la rodilla izquierda, recién podrá volver a tener actividad en agosto de 2024, apenas pocas semanas antes de que su selección juegue ante Ecuador y Paraguay, por eliminatorias.