Fiel a su estilo, Uruguay sufre, se supera y elimina a Brasil
Uruguay es la cuarta semifinalista de la Copa América, tras eliminar a Brasil desde el tiro penal. La selección charrúa tuvo una esperada revancha contra Brasil después de la dolorosa final perdida allá por 2004.
Uruguay pudo ganarle antes a Brasil, sin necesidad de ir a la serie, sin tener que depender de ese atajadón de Sergio Rochet. Pero de algún modo se complicó sola. En Las Vegas no se jugaron 90 minutos: los 16' posteriores a la expulsión de Nández fueron algo parecido a un alargue excesivamente largo.
La selección uruguaya será el rival de Colombia en la semifinal de la Copa América 2024, luego de conseguir su clasificación en un reñido partido de cuartos de final, que terminó 0-0 en los 90 minutos y que se tuvo que definir en la serie de penaltis, en la que los charrúas se impusieron por 4-2.
Fue una victoria acorde al estilo y tradición de la Celeste. Sufrida, luchada, sin dejar de creer incluso cuando se quedó con diez hombres a falta de quince minutos para el final por la roja a Nahitan Nández. Apenas concedió oportunidades a un Brasil que, sin Vinicius, suspendido por acumulación de tarjetas, se quedó sin chispa.
La Celeste apagó la luz de Rodrygo y Endrick, el arquero Sergio Rochet cerró la portería contra Raphinha y la tanda final envió al cielo al equipo de Marcelo Bielsa.
La selección uruguaya, que dirige Marcelo Bielsa, se las verá el próximo 10 de julio contra Colombia, que goleó por 5-0 a Panamá, en la semifinal que se jugará en el Bank of America Stadium de Charlotte (Carolina del Norte).
Éder Militão y Douglas Luiz erraron los penaltis para Brasil en la tanda decisiva, mientras que por la Celeste acertaron Fede Valverde, Rodrigo Bentancur, Giorgian de Arrascaeta y Manuel Ugarte y falló José María Giménez.
La Celeste terminó los 90 minutos con diez jugadores por la expulsión de Nahitan Nández en el minuto 74, luego de que el VAR llamara al árbitro argentino Darío Herrera para que revisara una falta del uruguayo sobre el brasileño Rodrygo, en la que el juez lo había amonestado con tarjeta amarilla.