Inglaterra sobrevive, otra vez
Cuando va por detrás en el marcador, Inglaterra se transforma, nada espléndido, pero su ambición rebasa sus miedos, liberada cuando siente que no tiene nada que perder ni guardar, resurgida cuando se ve contra las cuerdas, como ocurrió antes en octavos y ahora en cuartos ante Suiza, a la que ganó ayer a contracorriente, con el 1-1 de Bukayo Saka en el minuto 80 (35’ ST), y con más acierto en la decisiva tanda de penaltis.
Lanzó primero Inglaterra. Gol de Cole Palmer. Después Suiza. Paró Jonathan Pickford el tiro de Manuel Akanji. Después anotó Jude Bellingham, con un pena máxima perfecta. Igual que lo hizo Fabian Schär justo después. Saka para el 3-1 para su equipo al ecuador de la tanda. Xerdan Shaqiri puso el 3-2. Quedaban dos lanzamientos para cada uno. Ivan Toney marcó el siguiente. También Zeki Amdouni. Y sentenció Alexander Arnold. Está en semifinales. No es favorito ante nadie.
Otro ejercicio de supervivencia, agonía y temores del equipo británico, que apuntó de nuevo al fiasco, se levantó de repente, subsistió en la prórroga y sonrió, aliviado, eufórico, cuando se sintió en las semifinales de la Eurocopa 2024 con todas las dudas posibles, pero también con todas las aspiraciones, a la espera de Países Bajos, en el cotejo del miércoles en Dortmund (15:00 HB).
Pero, realmente, no ha espabilado Inglaterra. Ni siquiera una vez avistado el abismo, observado de frente, cara a cara, el fracaso en los octavos de final ante Eslovaquia, ha despertado el grupo británico de verdad. Alguna vez parece que sí. Porque presiona, juega en campo contrario, interviene Foden en la creación, arranca Jude Bellingham imponente, con una ruleta, un regate, un golpe de zancada, aparece Harry Kane, expone ambición...
Tras el 0-0 del primer tiempo, los goles llegaron en la etapa complementaria y animaron el espectáculo.
Cuando se juega tan al límite, sin nada que ofrecer, pasó lo que le pasó a Inglaterra. Un nuevo ataque de Suiza, uno de tantos otros en el segundo tiempo, terminó adentro del área con el centro de Dan Ndoye, el despeje fallido de John Stones y el oportuno remate de Breel Embolo para decirle a Inglaterra y Gareth Southgate que su ciclo está agotado. Ya lo estaba desde hace tiempo.
Con el 0-1, inmediatamente después, sí hizo cambios Southgate. Quitó a Kieran Trippier, a Kobbie Mainoo y Ezri Konsa, entre la inaudita zozobra de Inglaterra, que, por otro lado, tiene fortuna. En esa combinación, de pronto, Saka, que lo había hecho casi todo mal en ataque, se sacó un tiro con la izquierda junto al poste de Yan Sommer, que sólo observó el empate, sin respuesta, para forzar una prórroga que derivó, más adelante en los lanzamientos penales.