Verstappen resiste la embestida final de Norris y refuerza su liderato en Imola
El triple campeón del mundo neerlandés Max Verstappen (Red Bull) reforzó su liderato en el Mundial de Fórmula Uno al ganar, después de resistir la embestida final del inglés Lando Norris (McLaren), el Gran Premio de la Emilia-Romaña, el séptimo del año. Una prueba tras la cual el mexicano Sergio Pérez -compañero de equipo del ídolo deportivo de los Países Bajos-, que fue octavo, le tuvo que ceder el segundo puesto del certamen al monegasco Charles Leclerc, tercero este domingo en el Autódromo Enzo e Dino Ferrari de Imola (Italia).
Verstappen, de 26 años, logró su quincuagésima novena victoria en la F1, la quinta de la temporada, tras un apretadísimo final en el que contuvo a Norris -ganador hace dos semanas en Miami (EEUU)-, en una carrera en la que Leclerc (Ferrari) subió al podio 'en casa'; su compañero, Carlos Sainz, concluyó quinto; y el otro español, el doble campeón mundial asturiano Fernando Alonso (Aston Martin) -que había salido desde el 'pit lane'-, acabó en decimonovena posición.
Tras completar una carrera sin grandes sobresaltos en sus cinco primeras sextas partes, pero que se resolvió de forma realmente emocionante cuando, en el tramo final, al RB20 de 'Mad Max' se le comenzaron a desgastar los neumáticos, el astro neerlandés lidera el Mundial con 161 puntos: 48 más que Leclerc, que ahora mejora en seis a 'Checo'.
Sainz, que acabó por detrás del otro McLaren, el del australiano Oscar Piastri, y por delante de los dos Mercedes, el del séptuple campeón mundial Lewis Hamilton -que fue sexto- y el del también inglés George Russell -que marcó la vuelta rápida en carrera-, es quinto en el torneo, con 93 unidades, ocho menos que Norris. Después de "no" haber tenido "el fin de semana que" le "hubiese gustado tener, delante de los 'tifosi' ". Un fin de semana que fue aún peor desde la óptica de su compatriota Alonso.
El doble campeón mundial asturiano, tal y como había adelantado el sábado -cuando, después de dañar el AMR24 en el último libre, acabó decimonoveno la calificación-, se limitó a superar el trámite; en una pista en la que (en 2005, el año de su primer título) logró una de sus 32 victorias en la categoría reina.
Verstappen salía primero, después de haber igualado el sábado dos plusmarcas históricas. Primero, la del cuádruple campeón mundial francés Alain Prost, que logró las siete primeras 'poles' del año en 1993, el de su cuarto título, con el que cerró su brillante carrera en la F1. Y, dado que también había afrontado primero la última prueba de 2023, también empató el récord de ocho 'poles' seguidas que había logrado -entre 1988 y 1989- el brasileño Ayrton Senna, triple campeón del mundo y uno de los mitos de la F1. Fallecido hace 30 años (cumplidos el pasado 1 de mayo) en este circuito; en un fin de semana trágico en el que, un día antes, durante la calificación, también había fallecido en otro accidente el debutante austriaco Roland Ratzenberger.
Norris -que venía de lograr en Miami su primer triunfo en la categoría reina- salía junto a 'Mad Max' desde la primera fila. Con Sainz arrancando cuarto, en una hilera copada por Ferrari y al lado de su compañero monegasco. Y con 'Checo', eliminado el sábado en la Q2, largando desde la undécima plaza; y Alonso desde el 'pit lane', al haber roto el parque cerrado para cambiar la configuración de su AMR24.
El otro McLaren, el de Piastri -segundo en la calificación, pero sancionado con la pérdida de tres plazas por molestar el danés Kevin Magnussen (Haas)- salía quinto. El mejor debutante del año pasado arrancaba delante de los Mercedes (que festejaban su Gran Premio número 300 en la F1) y los RB (Alpha Tauri hasta el año pasado), que se alternaban: Russell y Hamilton salían desde el sexto y el octavo puesto; el japonés Yuki Tsunoda -décimo al final- y el australiano Daniel Ricciardo, desde el séptimo y el noveno.
Los diez primeros en parrilla -el alemán Nico Hülkenberg (Haas) completaba la decena- afrontaron la prueba con el neumático de compuesto medio. 'Checo' lo hizo con el duro y Fernando eligió el blando.
Verstappen se fue sin problemas a las primeras de cambio. Los RB perdieron dos plazas en la salida -las que ganaron Hamilton, 'Checo' y Hülkenberg, que avanzó dos- y entre el resto no hubo cambios significativos, en un circuito de 'vieja escuela', muy estrecho, en el que es muy complicado adelantar.
Fernando paró pronto, en la novena de las 63 vueltas que se dieron a la mítica pista italiana, para instalar neumáticos duros; en una acción 'vistosa' en la que salieron llamas del eje de la rueda delantera izquierda. Y tras el decimoquinto giro, Verstappen lideraba con cinco segundos sobre Norris, seis respecto a Leclerc y nueve sobre Carlos. Al que presionaba Piastri.
El baile de paradas arrancó con Russell, que entró en boxes en la 22, justo antes de que lo hicieran los McLaren de Norris y Piastri -por ese orden-, en las dos siguientes. Verstappen paró en la 25, con los dos Ferrari rodando provisionalmente en los dos primeros puestos de una carrera que pasó a comandar Sainz cuando ingresó en garajes, una vuelta después, Leclerc.
Carlos -al igual que todos los anteriores, para cambiar a gomas duras- lo hizo en la 27; y al regresar a pista dio cuenta de 'Checo' -que aún no había parado-. Tras la re-ordenación, el talentoso piloto madrileño -ganador este año en Australia- había sucumbido al 'undercut' de Piastri, que le había quitado el cuarto puesto al traspasarse el ecuador de la carrera. En el trigésimo tercer giro, 'Mad Max' -arriesgando a tope y advertido con bandera blanca y negra por saltarse repetidas veces los límites de pista- comandaba con seis segundos sobre Lando y con nueve respecto a Leclerc.
Todo apuntaba a que, salvo por una entrada del coche de seguridad, todo iba a ser, como tantas otras veces, coser y cantar para el súper-depredador deportivo de Países Bajos. Pero el desenlace nada tuvo que ver con esta idea; y Verstappen sudó tinta para confirmar su quinta victoria del año.
Con neumáticos de la gama de compuestos más blanda (los C3, C4 y C5), un punto más suave que la última vez que se había corrido en Imola -en 2022, ya que el año pasado la tragedia de las inundaciones obligó a cancelar la prueba-, la gestión de los mismos iba a ser clave en el tramo final de la prueba; y Verstappen sufrió de lo lindo para llevar su triunfo hasta meta.
'Checo', se defendía como podía de Hamilton, después de haber sido superado por el otro Mercedes, el de Russell. Pero en la 37 tuvo que cederle el séptimo puesto a Sir Lewis, que pilotará de rojo el año que viene, ocupando en Ferrari la plaza de Sainz; que aún no ha anunciado su futuro en la categoría reina.
Con las gomas desgastadas, el bravo piloto tapatío paró en la 38, instaló el medio; y desde el undécimo sufrió para avanzar hasta la octava plaza final. Lo que le costó cederle el segundo puesto en el campeonato a Leclerc
Alonso efectuó su segunda parada en la 42 para instalar el medio y se dedicó a intentar de forma infructuosa que su compañero, el canadiense Lance Stroll -que acabó noveno-, le quitase la vuelta rápida a Russell.
Verstappen se quejaba del desgaste de sus gomas y Norris, oliendo sangre, se lanzó a por 'Mad Max', en un duelo que se asemejó -salvando las (amplias) distancias- a los que mantuvieron en esta pista, en 2005 y en 2006, Alonso y el siete veces campeón del mundo alemán Michael Schumacher. Unas pugnas -la primera, resuelta a favor del astro astur; y la segunda, a favor del 'Kaiser'- en las que, a diferencia de ésta, llegaron a rodar prácticamente pegados durante varias vueltas.
A Lando seguramente le faltaron un par de vueltas par repetir el éxito de Miami, porque la captura se estaba cocinando a fuego lento. A falta de diez giros, el joven talento de Bristol estaba a 4.2 segundos; que eran 2.3 a falta de siete y 1.4 cuando quedaban cuatro.
A falta de dos giros, un segundo y tres décimas separaban a Norris de la gloria. Pero Verstappen es mucho Verstappen. De ahí ya no bajó la diferencia. Y el astro neerlandés se anotó la primera prueba del curso disputada en Europa.
'Mad Max' volvió a subir a lo más alto del podio. Y, con más o menos emociones, seguirá apuntando a un cuarto título mundial seguido. Siguiente parada, dentro de siete días, en el 'glamour' de Mónaco. Sede de la carrera más icónica del año; en las muy estrechas calles del principado de la Costa Azul.