Cefed pasa de ser uno de los mejores de la región a ser un elefante blanco
En mayo de 2018 las autoridades nacionales inauguraron la Villa Suramericana, que no solo contaba con los bloques habitacionales, sino con un centro deportivo con escenarios homologados a nivel internacional, que debieron convertirse en el envión para un desarrollo deportivo real en el país; sin embargo, cinco años después esta infraestructura es un elefante blanco, que presenta daños casi irreparables.
La segunda fase de la Villa Suramericana, que comprende el hotel para deportistas, el velódromo para el ciclismo de pista, un polideportivo y un estadio de fútbol con pista atlética con graderías para mil personas, demandó una inversión de Bs 111.429.957 ($us 16.010.051) a través del Ministerio de Deportes. Sin contar que el Estado, a través de la Agencia Estatal de Vivienda, dependiente del Ministerio de Obras Públicas, construyó los 14 bloques habitacionales con un presupuesto de Bs 234.260.424 ($us 33.658.107), que también están abandonados.
Aunque después de los Juegos el Ministerio de Deportes tardó varios meses en definir las políticas de uso del Cefed, en abril de 2019 firmó acuerdo con 23 federaciones que permitió la realización de 12 torneos internacionales, 61 nacionales y siete talleres de capacitación, beneficiando a 13.832 deportistas.
Sin embargo, tras el cambio de Gobierno en 2019 los convenios no se renovaron para 2020, año en el que el Cefed estuvo casi en totalidad inactividad debido a la pandemia y falta de presupuesto.
El Cefed es un complejo deportivo que durante el 2019 requería alrededor de cuatro millones de bolivianos para su funcionamiento al año y aunque generó poco más de tres millones, el Estado debía compensar el faltante.
Desde el 2020 la infraestructura no recibió ningún mantenimiento y fue precisamente desde ese año que la falta de previsiones generó que las lluvias anegaran la pista atlética, además que sobre todo comenzó a presentar filtraciones en el terreno donde está construido el velódromo.
La cantidad de agua y barro que ingresó a la pista atlética, que estaba homologada a nivel internacional, terminó por perder esta acreditación, ya que parte de la pista quedó elevada y debe ser cambiada para poder recibir nuevamente eventos de la categoría mayores.
En el caso del velódromo, que durante el Campeonato Panamericano de Pista Élite del 2019 vio caer seis récords mundiales, presenta un daño estructural de consideración, debido a que las filtraciones en el subsuelo generaron que parte de los cimientos y paredes hayan cedido.
La exviceministra de Deportes, Cielo Veizaga, no hizo ninguna gestión para solucionar las filtraciones y evitar un mayor deterioro de la estructura, que mes a mes empeora.
En su momento se habló de que solo para dar solución al problema estructural del velódromo se requería alrededor de 4 millones de bolivianos, sin contar con el trabajo que se tendría que hacer en el resto del escenario deportivo, donde hubo daños en la pista de madera por las goteras.
La viceministra de Deportes interina, Karen Palenque, dijo que se realizará una inspección con gente especializada y después daría una conferencia de prensa con un informe y las acciones que se tomarán para reactivar todos escenarios.
Se desconoce estado del material
Todo el material deportivo que se adquirió para los Juegos Suramericanos 2018 fue almacenado en el Cefed y no se entregó a las federaciones de las diferentes disciplinas, ni tampoco permanecieron en los escenarios donde fueron utilizados durante el evento.
El material fue evacuado de los escenarios por dos razones. El primero es que la mayoría de los campos fueron adecuados para recibir otras disciplinas, por ejemplo, boxeo se disputó en el coliseo polideportivo de Punata.
La segunda razón fue porque los escenarios, como el estadio de atletismo, son de la administración de la Alcaldía y no del Ministerio de Deportes.
Durante la gestión 2019 este material en su mayoría tuvo un uso constante, ya sea con torneos que se realizaban en el Cefed o en otros campos en Cochabamba. Pero después del cambio de autoridades, se desconoce el estado del material, ya que no se permitió el acceso de la prensa en el lugar, ni tampoco se dieron informes de las auditorias.