¿Por qué Bolivia aún no tiene medallas olímpicas?
La ausencia de una política clara de Estado para el deporte en Bolivia y los escasos recursos para la formación de atletas son las principales deficiencias identificadas por dirigentes, entrenadores y deportistas por las que el país es el único en Suramérica sin haber logrado subir a un podio en los Juegos Olímpicos.
Desde su estreno en los Juegos de Berlín en 1936, Bolivia lleva 16 participaciones en la competición y casi todas sus intervenciones fueron con una delegación reducida y en su mayoría a través de las tarjetas de invitación.
Las excepciones fueron en 2016, cuando la mayoría de sus deportistas consiguieron las marcas mínimas para participar en los Juegos de Río. A París, de los cuatro que conforman el
Equipo Bolivia, el maratonista Héctor Garibay concurrirá por lograr la marca mínima. Los otros tres (Guadalupe Tórrez, María José Ribera y Esteban Núñez del Prado) van con las wild cards.
Lo más cerca que el país estuvo de un “top-ten” fue cuando, en 2016 ,la atleta Ángela Castro quedó en el puesto 18 en la competencia femenina de marcha de 20 kilómetros.
Presupuesto insuficiente
El presidente del Comité Olímpico Boliviano (COB), Marco Arze, indicó que “hay muchos factores” por los que el país no logró hasta ahora una medalla en los Juegos, el principal: que “no hay una política de Estado clara con relación a los atletas”, ni una inversión de recursos.
Arze citó el caso de Ecuador, donde el presupuesto para el deporte es de unos 60 millones de dólares, mientras que en Bolivia apenas ronda el millón y actualmente son los mismos deportistas, familias y clubes los que hacen “el mayor esfuerzo” para entrenar y costearse la participación en eventos internacionales.
Para que un atleta tenga buenos resultados se requiere un plan con un equipo multidisciplinario que acompañe sus entrenamientos, “alimentación, sobrealimentación” y respaldo económico para no tener que estar “vendiendo tortas en las calles para viajar”, como se ha visto en los últimos años, explicó.
“A un atleta olímpico no se lo forma en un par de años. Necesitamos ocho años cuando menos de trabajo con todo lo que acabo de nombrar y podremos tener esperanzas de que las cosas puedan cambiar. Pero en tanto y en cuanto no se haga eso, no vamos a tener los resultados que esperamos”, agregó.